Históricamente diversos pensadores han logrado identificar las facetas relevantes, las aristas poco llamativas y los ángulos arriesgados de la democracia. Para efectos de este escrito, utilizo ejemplos de esos tres aspectos mediante frases de personajes famosos, las cuales clasifico bajo las etiquetas de lo bueno, lo malo y lo feo.
Empecemos con lo bueno: “Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares porque nada es tan peligroso como dejar permanecer el poder largo tiempo en un mismo ciudadano”, Simón Bolívar. “Del mismo modo que no sería un esclavo, tampoco sería un amo. Esto expresa mi idea de la democracia”, Abraham Lincoln. “La gente de las Américas tiene derecho a la democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverlo y defenderlo”, Barack Obama. “El sexo es una democracia: goza tanto el que está arriba como el que está abajo”, Anónimo.
Sigamos con lo malo: “El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio”, Winston Churchill. “Democracia significa gobierno por los que no tienen educación, y aristocracia significa gobierno por los mal educados”, Gilbert Keith Chesterton. “El verdadero destructor de las libertades del pueblo es aquel que le reparte regalos, donaciones y beneficios”, Plutarco. “La democracia no es más que una dictadura elegida por el pueblo, no nos engañemos”, Bob Marley. “La turbulencia de los demagogos derriba los gobiernos democráticos”, Aristóteles.
Terminemos con lo feo: “El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros”, Ambrose Gwinet Bierce. “La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que, en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes”, Bukowsky. “La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos”, Simón Bolívar. “La democracia debe guardarse de dos excesos: el espíritu de desigualdad, que la conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que la conduce al despotismo”, Barón de Montesquieu.
Los comentarios pertinentes se los dejo a los lectores, porque no deseo realizar ningún intento para influenciar las opiniones ajenas; con todo, ofrezco alguna información extraída del Informe 2023 de Latinobarómetro.
“En 2023 sólo el 48% apoya la democracia en la región, lo que significa una disminución de 15 puntos porcentuales desde el 63% de 2010. El autoritarismo se ha ido validando poco a poco, en la medida que no se le condena, ni se sabe bien cuál es el umbral donde un país deja de ser democrático. Más aún, en el período aumentan aquellos a quienes les da lo mismo el tipo de régimen, lo que implica que un populismo o un autoritarismo les son indiferentes”.
En Latinoamérica, cuando se le pregunta a la gente si “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, destacan por su respuesta favorable Uruguay y Argentina con 70% y 62%, respectivamente, al tiempo aparecen en los últimos lugares Guatemala con 29% y Honduras con 32%. ¿Por qué se le brinda tan bajo apoyo a la democracia? La respuesta reside en que los gobiernos no atienden las necesidades apremiantes de la población, en materias como empleo, salud, educación, vivienda y seguridad ciudadana.