Afines de la década de 1980 y principios de la de 1990 se hizo evidente un tremendo cambio en la política global. Las protestas aumentaron en varios estados del llamado Pacto de Varsovia, la alianza de defensa liderada por la ex Unión Soviética. En 1989 se abrió el muro que dividía a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, en 1990 se reunificó Alemania y en 1991 se disolvió la Unión Soviética.
Esto también cambió aspectos fundamentales del orden global, el conflicto bipolar EsteOeste fue reemplazado por una fase en la que Estados Unidos prácticamente dominaba un orden mundial unipolar. Sin embargo, desde finales de la década de 2010, se ha sentido cada vez más que la nueva realidad geopolítica es el orden mundial multipolar. Como representante del Occidente político, EUA sigue siendo el campeón en varias áreas, tiene fuerzas armadas extremadamente ingeniosas y una potencia económica que lucha con China por el primer lugar.
La Unión Europea es otra nueva fuerza global. Como grupo de Estados, económicamente, pero menos militarmente, está a la par con EUA y China. Luego está Rusia, que está tratando de revertir el camino hacia la insignificancia de la década de 1990 al ampliar su poderío militar y su riqueza geológica de petróleo y gas. Un país que no lucha contra el desarrollo de las tendencias, sino que, como China, más bien ve al tiempo como su amigo, es India.
Según las previsiones, India tendrá la tercera economía más grande del mundo en 2030 y en 2023 el gigante del sur de Asia superará a China y tendrá la mayor cantidad de habitantes del mundo. También hay un gran número de potencias regionales que tienen una influencia considerable en sus vecindades, como Sudáfrica o México.
El mundo actual es un lugar muy complejo, pero al mismo tiempo también hay tendencias hacia una nueva bipolaridad. Este también es el caso en el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, los países de la OTAN se oponen a Rusia y sus aliados profundamente leales, pero China también tiende a clasificarse del lado ruso.
Otros Estados son “neutrales”, pero igual cuestionan la distribución tradicional del poder en el planeta. En este contexto, algunos Estados llevan tiempo reclamando una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU. El status quo geopolítico puede ser juzgado por varios eventos recientes.
Unas semanas antes de la invasión rusa de Ucrania, los líderes de Rusia y China firmaron una declaración conjunta con un tono crítico hacia la OTAN y en junio se reunieron virtualmente los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), incluido el presidente Putin.
Ahora, el canciller ruso Lavrov se hizo un nombre en la reunión de cancilleres del G20 cuando abandonó el evento temprano. Algunos ven esto como una señal de poder dado que la comunidad global está dividida sobre la guerra de Rusia. Como en la Guerra Fría del siglo pasado, muchos Estados se ven atrapados entre los frentes de alianzas y rivalidades.
Esto incluye países de América Latina, pero también países de África y Asia. El anuncio de varios proyectos de los países del G7 en la reciente cumbre en el castillo de Elmau, en el estado alemán de Baviera, es un intento de los países occidentales de presentar una propuesta alternativa a la llamada Nueva Ruta de la Seda de China.
Un vistazo a los mapas muestra que ya es hora de que Occidente actúe. Pero para un país como Honduras este ambiente de competencia podría quizás dar frutos debido a la inversión extranjera.