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Política y migración

Siendo estudiante universitario en la universidad de La Habana, pude ver el éxodo masivo más grande de cubanos hacia los Estados Unidos.

Todo ocurrió en abril de 1978, cuando un grupo de personas entró de manera violenta a la Embajada de Perú, con el fin de lograr asilo en aquella legación diplomática en la capital cubana.

Las autoridades advirtieron a los diplomáticos extranjeros sobre el peligro de otorgar asilo a personas que, utilizando medios violentos forzaban su salida del país. Al no atender el llamado de las autoridades, estas quitaron el resguardo del edificio y en pocos días aquella sede logró albergar a unas diez mil ochocientas personas.

En este episodio se estableció un puente marítimo entre Miami y La Habana. La disposición del gobierno cubano era que saliera toda persona que quisiera hacerlo. Se estima que salieron 125 mil ciudadanos. Jimmy Carter, que era el presidente de Estados Unidos en aquel momento, refiriéndose a los migrantes cubanos que llegaban a su país dijo que “seguiremos teniendo el corazón y los brazos abiertos”.

De hecho, en Estados Unidos se estableció una política de estímulos a los migrantes cubanos que no se corresponde con las acciones de hostilidad aplicadas al resto de migrantes latinos y caribeños.

Los emigrantes, no todos, los que provienen de países donde se han producido cambios contrarios a los gobiernos de los países desarrollados, sirven como monedas de curso legal para demostrar, en la visión del poder externo, las arbitrariedades de los gobiernos progresistas.

En el caso de Venezuela, país al cual Estados Unidos le ha aplicado una serie de sanciones, mismas que han perforado la economía del país caribeño, economía que tradicionalmente estuvo unida a las exportaciones de petróleo.

Una vez que entraron en vigor las sanciones, la actividad económica perdió dinamismo y el pueblo, como es natural, empezó a sentir sus efectos. En esas circunstancias que vive el país, han salido, para otras naciones cerca de 8 millones de personas.

Se estima que, de esta cantidad, unos 5 millones estarían en condiciones de ejercer el sufragio, cantidad suficiente para hacer ganar a cualquier candidato de oposición, considerando que los que salen en condición de refugiados son los desafectos del régimen, del que, sin tener una mirada crítica sobre su situación económica y social, terminan por responsabilizarlo de su estado de calamidad.

El tema de los migrantes no está en el análisis de los resultados electorales este pasado 28 de julio, el interés y en eso se profundiza, sin mostrar pruebas, es señalar el fraude promovido por Nicolás Maduro, eso es lo que ha llevado a la gran prensa a promover una campaña publicitaria que ni los 40 mil palestinos asesinados en su propio territorio, por orden de las autoridades israelíes, ni la muerte lenta de un país como Haití, donde el 85 por ciento de su territorio está ocupado por las pandillas, han sido capaces de captar la atención de las redes sociales y de las agencias de prensa internacional. El problema de Venezuela es tener tantos recursos