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Ruta para hacer fracasar la economía

Aunque el objetivo principal siempre debe ser fortalecer y desarrollar la economía de un país para lograr el bienestar de todos sus habitantes, y aun cuando no es ético ni deseable que la economía de una nación fracase, resulta interesante conocer cuál es la ruta más corta para lograr que la economía nacional termine arruinada.

Por ese motivo le pregunté a la inteligencia artificial Aria cómo se podría lograr ese cometido funesto, y su ilustrada respuesta fue la siguiente: “Aquí hay algunos puntos que podrían contribuir a ese resultado:

1.- Inestabilidad política: conflictos políticos constantes pueden generar incertidumbre y desconfianza en los inversionistas, lo que afecta negativamente a la economía.

2.- Corrupción generalizada: la corrupción puede desviar recursos que podrían destinarse al desarrollo económico, socavando la confianza en las instituciones y desincentivando la inversión.

3.- Falta de transparencia: la falta de transparencia en las políticas económicas y en la gestión de recursos puede generar desconfianza y dificultar la toma de decisiones informadas por parte de los agentes económicos.

4.- Deuda insostenible: acumular una deuda insostenible sin una estrategia clara para su manejo puede llevar a crisis financieras que impacten severamente la economía.

5.- Falta de diversificación económica: dependencia excesiva de un solo sector económico puede hacer a un país vulnerable a fluctuaciones en los precios mundiales y a crisis sectoriales.

6.- Desigualdad extrema: una distribución desigual de la riqueza puede generar tensiones sociales, afectar la cohesión social y limitar el potencial de crecimiento económico a largo plazo.

7.- Falta de educación y capacitación: una fuerza laboral poco educada y capacitada puede limitar la capacidad de un país para competir en la economía global y adaptarse a cambios tecnológicos.

8.- Inflación descontrolada: una inflación alta y descontrolada puede erosionar el poder adquisitivo de la población, afectar la estabilidad económica y desincentivar la inversión”.

A mi juicio, de los ocho factores negativos mencionados por Aria, en Honduras están presentes en alguna medida seis de los mismos, correspondientes a los numerales 1, 2, 3, 5, 6 y 7; lo cual nos indica que no estamos siguiendo el camino correcto para lograr prosperidad y el bienestar de los hondureños.

Afortunadamente la deuda pública total (4) todavía está en baja en el país, ya que por ahora no sobrepasa el 50.0% del Producto Interno Bruto (PIB) de la nación. Además, la inflación (8) es baja y se mantendrá por abajo del 5.0% al final del presente año.

Los seis factores negativos mencionados por Aria constituyen problemas de vieja data, que no son una responsabilidad exclusiva del presente gobierno.

Aunque a la actual administración gubernamental únicamente le quedan dos años más de gobierno, considero que algo puede hacer para mejorar la situación económica del país y lograr un mayor bienestar para todos los ciudadanos. Bastaría con que las autoridades destinaran mayores recursos a la infraestructura y la inversión productiva, para que muchos jóvenes, adultos y mujeres jefas de familia puedan tener un trabajo medianamente digno.

En tal sentido, otro gran aporte gubernamental sería dar pasos más firmes para lograr la formalización de muchas micro y pequeñas empresas que actualmente operan en la informalidad, para lo cual deben crearse los incentivos necesarios y correctos.