El pasado mes de junio, una noble institución de educación superior de Honduras, llamada Universidad Nacional de Agricultura, arribó a setenta años de historia. Setenta años en los que ha formado a miles y miles de profesionales en ciencias agrícolas, bajo la metodología del aprender haciendo.
Setenta años en los que ha cumplido los sueños de muchos hondureños y hondureñas de todo el territorio nacional, en los cuales ha desarrollado competencias específicas a partir de experiencias prácticas, que son altamente oportunas para asegurar el éxito de los egresados en un mercado competitivo global.
A pesar que la Universidad Nacional de Agricultura tiene limitantes en la parte económica, en la logística y en muchas otras cosas más, en setenta años ha formado profesionales competentes bajo tres pilares fundamentales como lo es el estudio, el trabajo y la disciplina.
Gracias a ese trabajo duro, al esfuerzo y dedicación de todos los colaboradores del presente y el pasado, ha llegado a posicionar su oferta académica a nivel pregrado con al menos ocho carreras, que se ofertan en su campus central y recientemente en sus centros regionales de Tomalá y Comayagua.
Ahora que ya tiene varias carreras a nivel de pregrado, podría ser el momento de saldar la deuda con el pueblo hondureño a través de la formación de profesionales a nivel de posgrado, ya que, por años, los que egresaron de esta casa de estudios no tuvieron la oportunidad de continuar su preparación en el territorio nacional, y tuvieron que salir del país para obtener una maestría o doctorado relacionado con las cien cias agrícolas.
Después de la pandemia del covid-19, muchas cosas han cambiado, y algunos paradigmas se ha quebrado, como por ejemplo que la educación virtual es informativa y no formativa.
En este contexto, deberemos ser más competitivos y entender entonces que la educación superior es universal, y que las universidades deben ser globales y, por lo tanto, no deben existir fronteras.
En este sentido es de mucho agrado para mí conocer que, durante la primera semana del mes de julio, la Universidad Nacional de Agricultura lanzó su nueva oferta académica a nivel de posgrado, en alianza con universidades de Chile, España y Colombia.
Qué importante es para los tomadores de decisiones entender que estamos en el mundo de la innovación y que las universidades son agentes de desarrollo económico; que las competencias laborales están enlazadas a la dinámica y demanda de la sociedad, donde debemos apostarle a la formación de profesionales en áreas como inteligencia artificial, internet de las cosas, agricultura de precisión, protección de datos, etc.
La Universidad Nacional de Agricultura tiene mucho talento humano, con las competencias para posicionarse como una universidad referente en América Central, pero tal vez lo que le falta es ordenarse y superar la resistencia de adaptarse a los cambios del siglo XXI, ya que probablemente en el radar de algunos colaboradores estas cosas no figuran.
