Cuando una obra aborda temática muy poco tratada, inaugurando nuevas líneas investigativas, respaldado por un amplio aparato bibliográfico, debe ser publicitada y recomendada tanto a especialistas como al lector promedio. Tal es el caso de la obra “Aproximaciones sobre la historia de la lectura en Honduras”, por el colega Jorge Alberto Amaya Banegas, prolífico autor de temas sociales: migraciones hacia Honduras, garífunas, además de manuales para estudiantes de la Carrera de Historia.
Este es otro aporte bibliográfico de la Dirección del Libro y el Documento de la Secretaría de las Culturas, las Artes y los Patrimonios de los Pueblos de Honduras, que cuenta en su haber la impresión y reimpresión de obras literarias e históricas escritas por autores nacionales, tanto para adultos como para niños(as).
Temporalmente la investigación que comentamos se enfoca en el período de 1876 a 1930, etapa de surgimiento de la Reforma Liberal a partir del gobierno de Soto hasta los inicios de la administración Mejía Colindres, que presenció un florecimiento de diversas actividades culturales, artísticas, recreativas, que permitieron a diversos intelectuales publicar obras, gracias a la disponibilidad de imprentas y su distribución en librerías, ampliando su acceso tanto a la clase alta local como a sectores medios. Los fundamentos ideológicos del positivismo, con su énfasis en lo científico, racional y laico prevalecieron, conviviendo con el liberalismo clásico. José Guevara Escudero, en “Honduras en el siglo XIX: su historia socioeconómica, 1839-1914” afirma: “El gobierno fomentó los medios impresos de comunicación, tales como periódicos, para difundir sus programas entre la comunidad alfabetizada. En la década de 1880, diecisiete periódicos circulaban en casi todo el país... Tegucigalpa: La Nación, La República, El Tren, Los Debates, La Gaceta Oficial, La Academia, La Revista Judicial, El Estudiante, El Católico, Honduras Progress. Comayagua: El Republicano. Santa Rosa: El Independiente, El Ensayo. Santa Bárbara. El Progreso. Trujillo: El Republicano, La Prensa Libre, El Demócrata”.
Antonio R. Vallejo, Ramón Rosa, Adolfo Zúniga, Lucila Gamero, integraron lo que Ramón Oquelí calificó de “una generación decisiva”, continuada por sucesivas, también influyentes, unos de ellos desconocidos en nuestro medio como Antonio López Gutiérrez, Abel García Cálix, otros reconocidos: Juan Ramón Molina, Froylán Turcios, Rafael Heliodoro Valle.
Quienes rigieron los destinos del país entre 1894 y 1913, “nacieron como caudillos, militares y políticos, al calor de la revolución liberal-reivindicadora encabezada por Policarpo Bonilla”, nos dice Marvin Barahona en “Caudillismo y política en Honduras (1894-1913).
A Olancho llegaban libros procedentes de España y Cuba vía Trujillo, a occidente desde Guatemala, escritos tanto en castellano como en francés, el idioma extranjero más conocido por la clase letrada; traductores como Rómulo E. Durón divulgaban la literatura en inglés. Gracias a su labor como antólogo, se rescataron obras inéditas publicadas en Honduras Literaria (prosa y verso), incluyendo las Pastorelas de Reyes.
Congratulamos al colega Amaya, animándolo para que nos brinde un segundo tomo, de 1930 al 2020.
Recomendamos sus distintos escritos por su calidad intrínseca.