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Urgidos a actuar ante la crisis climática

Acaba de finalizar en Egipto la 27° Conferencia sobre Cambio Climático. Un espacio anual donde los Gobiernos, empresas, sociedad civil, organismos internacionales y entes financieros conversamos y revisamos el progreso en el cumplimiento de compromisos de las naciones y sus líderes para hacer frente al cambio climático, y de allí, determinar la necesidad de ajustar, acelerar o mejorar acciones. Uno de los temas resaltantes ha girado en torno al financiamiento verde.

En esta Conferencia se ha establecido, luego de muchos años de negociación, un fondo de compensación de daños y pérdidas para países más afectados por los embates del cambio climático. Este es un hito importante porque ha sido un clamor empujado desde la sociedad civil y países en vías de desarrollo, como es el caso de Honduras, quienes contribuyen menos con el calentamiento global, pero sufren más los impactos adversos del cambio climático. Para ello se comenzará, en los próximos meses, a definir los acuerdos para operativizar este fondo.

Sin embargo, un tema urgente y pendiente sigue siendo que aún no se cumple la meta de movilización de US$100 mil millones anuales desde países desarrollados para financiar acciones climáticas en países en vías de desarrollo. Si bien este reciente fondo establecido de compensación de daños y pérdidas es un avance, se debe cumplir los compromisos para financiar acciones frente a medidas de adaptación y mitigación ante el cambio climático.

El 40% de las economías de países de ingresos medios y bajos -que significa 54 países- se encuentran con endeudamiento significativo, lo que limita su capacidad para tomar acciones decisivas frente al cambio climático e invertir en la transición a economías de bajo carbono. Estos países representan solo el 3% de la economía mundial, el 18% de su población y 50% de la pobreza extrema. Por eso, acciones financieras verdes deben darse para generar impactos en la escala y tiempo adecuados.

Esto implicará también transformaciones en Gobiernos, bancos centrales, bancos comerciales, inversores y otros actores financieros para apoyar proyectos alineados a metas climáticas globales. Empujar economías que usen fuentes de energía sostenibles y limpias es fundamental si no queremos aumentar el calentamiento global más allá de 1.5 centígrados.

Por eso, es fundamental contar con las voluntades políticas, apoyos técnicos y financieros para enfrentar las consecuencias del cambio climático. Y acá estamos viendo un liderazgo desde los países en desarrollo, quienes están asumiendo sus compromisos. Desde el PNUD, como parte de nuestra acción de “Promesa Climática”, estamos apoyando a más de 100 países en el mundo. Hemos apoyado para que un 90% de estos países aumenten sus compromisos en Mitigación; y que 95% lo hayan hecho en Adaptación.

Tomar acción frente al cambio climático y proteger nuestro planeta es nuestra responsabilidad. Vemos que los diferentes actores reunidos en Egipto por dos semanas han discutido y cosechado avances en un tema central, como es el del financiamiento, pero aún hay desafíos y son muchos los frentes a abordar: la inclusión activa de la ciudadanía, la tecnología y fijar mediciones y metas estandarizadas.

Sin embargo, es importante reconocer que hay una necesidad de actuar inmediatamente de forma decidida para abordar una crisis climática que nos afecta, de forma diferenciada, y a niveles locales y globales, a todos y todas. ¡Debemos contribuir a tomar acción ahora frente al cambio climático!