Hoy conmemoramos a nuestras compatriotas, por sus decisivos aportes a nivel familiar, local y nacional, que hacen posible la forja de la sociedad y la nación.
Al examinar la actual condición de la mujer, el panorama es complejo. De una parte, perdura la desigualdad de género manifiesta de múltiples maneras: desigualdad de oportunidades entre ambos sexos, en acceso a salud reproductiva, educación, participación política, inserción en el mercado laboral formal. Adicionalmente, la violencia hogareña y el machismo se traducen en irresponsabilidad paterna e incumplimiento de obligaciones para la compañera y la prole así como abuso físico y mental.
También el crimen organizado ha creado redes de tráfico de personas, particularmente mujeres jóvenes que son engañadas y/o coaccionadas a fin de inducirlas a la prostitución, en Honduras o en países vecinos. El embarazo de niñas y adolescentes, producto de falta de una adecuada educación sexual, del incesto, del desamparo, representa otro fenómeno adicional en esta dramática realidad.
Afortunadamente, no todo es negativo, por cuanto la mujer, de manera creciente, exige el goce pleno de sus derechos, plasmados en la legislación, pero no siempre aplicados en la práctica cotidiana.
Asociaciones privadas se han constituido para ofrecer asesoría legal a ellas, a efecto de poder encauzar por la vía jurídica sus legítimas aspiraciones.
A medida que se capacitan en los distintos niveles educativos, incrementan sus destrezas y habilidades, lo que las capacita como mano de obra calificada y reducen su dependencia económica respecto al compañero de hogar. Así, hoy presenciamos desde microempresarias hasta ejecutivas ocupando altos puestos en el sector público y privado.
Desde el punto de vista masculino aún perdura la percepción de la mujer como un mero objeto de placer antes que como ser humano, lo que es fomentado por cierta publicidad comercial que distorsiona su imagen a efecto de cosificarla e incluso explotarla con fines pornográficos.
Es oportuno reproducir un estudio del Banco Mundial respecto a la inequidad de género “Eliminar las barreras que impiden que las mujeres tengan el mismo acceso que los hombres a la educación, a las oportunidades económicas y a los insumos productivos… conducirá al establecimiento de instituciones y opciones de política más representativas y más incluyentes, por tanto a una vía más apropiada hacia el desarrollo.”