Es un clamor general que como sociedad algo se tiene que hacer, y con urgencia, para frenar el alto número de accidentes viales en las carreteras hondureñas que están arrebatándole la vida a centenares de personas, entre ellos los dos jóvenes que se conducían ayer domingo en una motocicleta por la carretera CA-5, y que fallecieron tras impactar de frente con una camioneta.
Los accidentes de tránsito están en crecimiento en el país, que se sitúa ya -según autoridades de Vialidad y Transporte- como el tercer país de América Latina con más incidencias, con una tasa de 20.23 accidentes por cada 100,000 habitantes, solo superado por República Dominicana y El Salvador. Dijeron que en el 70% de los accidentes están involucradas las motocicletas y que el 40% de las víctimas mortales son quienes utilizan este transporte.
Es urgente que se actúe y se tomen decisiones para frenar estos incidentes que además de enlutar a muchas familias, están dejando un alto número de personas fracturadas e incapacitadas, altos impactos económicos a las familias de los afectados, graves daños psicológicos, la carga al sistema sanitario, que se ve saturado con el número de pacientes que deben atender a diario por estas causas.
La OMS considera estos eventos como Enfermedades No Transmisibles (ENT) debido a su impacto en la salud pública de los países, su alta contribución a la carga global de las enfermedades y a la alta incidencia en la causa de muertes prematuras y discapacidades, entre otras.
Desde la OMS se insiste que la prevención es un aspecto crucial en el manejo tanto de las ENT como de los accidentes de tránsito, resaltando entre ellas leyes y políticas de seguridad vial y las campañas de educación y prevención vial, fundamentales -apuntan- para reducir la incidencia y la gravedad de los accidentes de tránsito.
Hay que actuar para evitar que más personas sigan muriendo o discapacitándose en este tipo de accidentes, que son prevenibles.