Editorial

En campaña electoral

A partir de este lunes, los hondureños recibirán el bombardeo incesante de los partidos políticos que, a través de medios impresos, radio, televisión y redes sociales, entre otros, buscarán ganar el voto del electorado.

Y es de esperarse que para ello recurran a más que canciones pegajosas, saturación de afiches -con fotos editadas con Photoshop-, pancartas, encuestas o insultos y diatribas contra el adversario.

Tampoco se vale infundir dudas y sombras sobre un proceso que se encuentra en marcha y en el que los jueces deben ser los ciudadanos que para el próximo 26 de noviembre están convocados a las urnas.

Lo que los electores esperan en esta campaña son las propuestas de los candidatos para cambiar o mejorar la situación de pobreza de nuestro país, de desempleo, de falta de oportunidades, de desigualdad, de inseguridad, de corrupción, de servicios deficientes de salud y rezago educativo.

Propuestas reales y concretas, no milagrosas y etéreas, que permitan a los electores conocer y valorar a quienes aspiran a cargos de elección popular.

Es deseable también una campaña sobria, porque en un país con tantas carencias como el nuestro insulta el despilfarro, así sean fondos limpios, como deberá constatar la Unidad de Política Limpia.

Ciertamente, nos adentramos en una campaña sui géneris, con nueve partidos políticos en la contienda, en la que por primera vez se concurre a una reelección y con una oposición que ha estructurado un frente común ante el partido oficial.

Pero en la que debe primar el debate serio, las ideas constructivas y una discusión de altura que demuestren la capacidad, el interés y la vocación de servicio de quienes aspiran a la Presidencia, como diputados al Congreso Nacional o alcaldes municipales.

De la campaña electoral que hoy inicia dependerá la decisión crucial que tomarán los electores para los próximos cuatro años en los que, es de esperar, nos gobiernen los mejores.