A pocos días de la celebración de la fiesta de Navidad retomamos un tema que, aunque parece recurrente, es necesario reiterar y es el llamado a la prudencia y la precaución con el uso de la pólvora.
No podemos desconocer que el manejo de estos artefactos en estas fiestas es una tradición arraigada en nuestra cultura y muchas otras alrededor del mundo, pero, por igual, que la mala manipulación puede generar graves consecuencias a la salud, principalmente de los más pequeños, como quemaduras graves, amputaciones, lesiones oculares y auditivas y, en casos extremos, la muerte.
No podemos olvidar uno de los casos más dramáticos, que se registró en octubre de 2022 en la comunidad de Vivistorio, San José, Copán, en donde la explosión de una cohetería artesanal dejó el saldo de al menos 10 personas muertas, así como el registro año con año de ingresos a los hospitales públicos de decenas de víctimas de la mala manipulación de los artefactos que se venden en las plazas públicas de varias regiones del país. En 2024, según un reporte del Centro de Niños Quemados, se registraban 427 casos de niños quemados, 12 de ellos afectados por pólvora.
El peso de estos pacientes para el sistema de salud es casi siempre abrumador, pues la atención de los mismos suele sobrecargar los servicios de emergencia de los hospitales, que en su gran mayoría no cuentan con los servicios ni el personal especializado para este tipo de atenciones que suelen ser largas y costosas.
Otras consecuencias negativas del uso de pólvora, y de las que muy poco se habla, es la alta contaminación ambiental y el ruido que puede ser perturbador para la fauna, especialmente para animales domésticos que pueden experimentar estrés, ansiedad y desorientación, explican los especialistas.
Es fundamental manejar con responsabilidad para evitar accidentes y minimizar su impacto negativo en la salud, la seguridad y el medio ambiente. Los padres deben asumir la responsabilidad de vigilar a sus hijos para evitar quemaduras en sus cuerpos, sobre todo no comprarles pólvora en la temporada de Navidad y Año Nuevo.
Las festividades se pueden disfrutar de manera segura.