Es inevitable, al asumir el poder el nuevo gobierno estadounidense, que se pondrá en práctica la masiva deportación de compatriotas indocumentados residentes en los Estados Unidos; incluso, quienes han permanecido acogidos al TPS, que hasta ahora ha sido renovado periódicamente por las autoridades migratorias estadounidenses, hoy no están seguros si podrán continuar residiendo y trabajando con la debida autorización, sin zozobras ni temores de ser expulsados (as).
De igual manera, los y las “soñadores”, que llegaron, acompañados o solos, desde temprana edad, tampoco cuentan con garantías de no ser deportados. Serán, pues, miles de compatriotas los que tendrán que retornar al hogar común, para reiniciar sus vidas, encontrando condiciones sociales y materiales adversas que se han ido deteriorando aún mas desde su partida, además del clima de zozobra y violencia que contribuyó a su partida.
¿Qué hacer? Esa es la pregunta hoy por hoy fundamental. Ha llegado el momento de poder corresponder de alguna manera a todo lo que estos “héroes anónimos” han hecho por su patria: las remesas enviadas puntualmente se han constituido en el salvavidas que ha mantenido a flote, hasta ahora, la economía nacional, evitando su colapso.
En la mas reciente década, sus envíos monetarios, los segundos de mayor cuantía a nivel centroamericano, han representado, en promedio el 19.7% del PIB, de acuerdo al calculo del BCH.
Este flujo diario, semanal, mensual y anual de dólares se ha invertido básicamente en el consumo, con pequeño porcentaje destinado a actividades productivas.
Gobierno y fuerzas vivas deben iniciar, con carácter prioritario, el diseño de estrategias incorporadas en un plan integral de acogida que incluya financiamientos -con la debida y oportuna asistencia técnica-, generación de puestos de trabajo, en un marco de seguridad y paz que impida el ser víctimas de extorsiones, estafas, fraudes.
Es lo menos que podemos brindarles como ineludible obligación y testimonio concreto de gratitud y reconocimiento a todos los diversos aportes que, a lo largo de los años, han dado a su patria hondureña.