Opinión

El Paraíso y su producción

El Departamento de El Paraíso, --con sus dos municipios más pujantes: Danlí y El Paraíso--, tiene una vasta producción agropecuaria que no solo garantiza la seguridad alimentaria de sus habitantes, sino que también produce divisas para la economía nacional.

El café y el tabaco son los principales rubros de producción y exportación, los que junto a la ganadería y los granos básicos, son los que más empleo y riqueza generan en la zona rural de El Paraíso convirtiéndose en un dique contra la emigración hacia las ciudades.

Con respecto al aporte del departamento de El Paraíso
a la economía local y nacional también es muy significativo ya que además de las divisas generadas por los principales rubros agropecuarios, reforzadas por las remesas familiares, de igual manera constituyen una fuerte fuente de impuestos para el erario tanto de parte de los productores como de los comerciantes y sus empleados.

Como se trata, básicamente de capital local, y no de “capitales golondrina” que huyen fácilmente ante la menor caída de precios, problemas de exportación o mejores oportunidades que vean en el vecindario, los principales rubros de producción del departamento de El Paraíso son sostenibles en el tiempo y también deberían serlo ecológicamente.

De hecho, en la actualidad puede verse claramente por ejemplo la diferencia de sostenibilidad entre un rubro criollo como el café y la maquila.

Mientras la industria maquiladora establecida principalmente en la zona norte se ha debilitado ante la crisis económica global, que ha disminuido las importaciones en los países ricos, y ante la exitosa política de atracción de inversiones gestada por el gobierno izquierdista de Daniel Ortega en Nicaragua.

Pero la producción de café ha crecido ostensiblemente, sin tantos alicientes gubernamentales y hasta con serios problemas de financiamiento como lo demuestra el hecho de que el año pasado ya se exportaron 7,2 millones de quintales, lo que convierte a Honduras en el principal productor de Centroamérica.

El caso de El Paraíso y de otros departamentos con muy buena producción agropecuaria, deberían servir para que los planificadores gubernamentales vuelvan sus ojos al campo, a los productores nacionales, que con los incentivos adecuados pueden acelerar la generación de riqueza y empleos estables y no con la precariedad de los “capitales golondrina” que gravitan en los sueños más facilistas de los políticos que inundan la capital.

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