Opinión

Nuevo Presidente y esperanzas

La toma de posesión del presidente Juan Orlando Hernández no solo afianza la continuidad de la vida democrática en Honduras, sino que también hace renacer las esperanzas del pueblo hondureño en un futuro mejor, un fenómeno que se repite cada cuatro años.

Y esas perspectivas y esperanzas de la población se afincan no solo en que el nuevo presidente sustituye a uno de su mismo partido, que enfrentó serias dificultades heredadas, sino porque Hernández, desde la titularidad del Poder Ejecutivo, preparó muy bien el terreno sobre el que en los próximos cuatro años pondrá en práctica su demostrada capacidad para salir adelante y que ahora se espera empleará a fondo para acelerar el paso de Honduras hacia el éxito económico, social y político.

Indudablemente que el nuevo mandatario, electo por los hondureños en noviembre pasado, tiene grandes retos, pero ya ha dado muestras de que los enfrentará con éxito, como se ha demostrado en el caso de la gobernabilidad, al lograr una alianza entre los diputados de su partido y los del Partido Liberal, tal y como lo hizo en el período anterior cuando los nacionalistas tenían mayoría en el Legislativo.

Claro que hay otros graves problemas de más difícil solución, como las deficitarias finanzas públicas, que se espera sean equilibradas con los frutos que rinda el “paquetazo” aprobado en diciembre, pero cuyos recursos serían menguados con la exoneración del incrementado Impuesto sobre Ventas a los productos de la canasta básica, una especie de sacrificio ante el altar de la gobernabilidad que los nacionalistas debieron hacer para lograr el apoyo de los liberales a fin de mantener el control del Congreso Nacional.

La inseguridad, la corrupción y la pobreza son otros desafíos que deberá enfrentar el nuevo gobierno presidido por Hernández; pero en todos ellos el nuevo mandatario ha hecho adelantos, como el involucrar a los militares directamente en la búsqueda de la seguridad y asegurarse el respaldo del Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia cuando emprenda acciones para capturar, investigar y enjuiciar a los delincuentes de toda laya que pululan en el país, incluyendo por supuesto a practicantes de la “corrupción oficial pública”.

Esperemos pues que la ceremonia de toma de posesión del presidente Juan Orlando Hernández, que se realiza hoy en el Estadio Nacional, además del avance en el camino por el sendero democrático, también marque una mayor aceleración en el engrandecimiento de Honduras y el mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo hondureño.