Opinión

Ser médico no es fácil

Ser médico es algo más que un título, es más noble que decirlo, es sentirlo, vivirlo y practicarlo. Es ciencia, paciencia y decencia. Es darse con amor para cambiar el dolor por una sonrisa y el llanto por una lágrima.

Los practicantes internos, no médicos, tienen cercado al gobierno. Piden mejor salario porque trabajan demasiado, se desvelan, casi no comen, estudian poco y no son considerados.

Todos los médicos pasamos iguales o peores condiciones, sin horas ni descanso, solo pacientes urgidos de atención pronta, afectuosa y efectiva.

Todo en la vida cuesta y ser médico más, atendemos seres humanos que no han tenido prevención ni tratamientos adecuados. Trabajamos contra la muerte, intentamos salvar vidas. Si para eso estudiamos, hagámoslo poniendo esmero a nuestro deber que aceptamos desde que decidimos ser médicos. Nadie nos obligó, si lo hicimos por devoción demostrémoslo con pasión.

Los jóvenes huelguistas no tienen razón si solo desean mejorar sus ingresos. Es triste escuchar a los “dirigentes” demostrar su ignorancia hasta en el idioma y mucha pena por lo que serán si no mejoran su cultura. Al pueblo hay que darle salud y orientación, con conocimiento y educación. No más médicos mediocres e incompetentes.

Exijan que se les enseñe más, vean y hagan más, el desvelo de hoy será la vigilia para muchas personas que atendamos. Si llegan a ser médicos deben entender que serlo es discernir en el arte de reconocer el dolor y aliviarlo, don que se consolida con el estudio de la enfermedad para derrotar el mal que la provoca.

En medicina nunca se deja de estudiar. En este irresponsable paro perdieron de saber y conocer otras patologías y eso, jamás se recupera. Insistan en ser estudiantes practicantes, no mandaderos de hospital, esa no es su función, enfrenten con avidez el deber de aprender para no fallarle al diagnóstico ni empeorar el pronóstico.

Las huelgas en salud son un crimen que debe ser castigado, nunca negociado. Lamento que el sistema de salud en Honduras haya sido resquebrajado por la improvisación, el vandalismo político y la incapacidad harta probada de sus autoridades.

¿Dónde está la función social que esgrimimos para explotar nuestro ego sin profundizar en la necesidad del pueblo que muere ante la indiferencia de nosotros los médicos sin conciencia? ¿Dónde escondemos la vergüenza de no ser lo que juramos ser?

Se debe escuchar a los estudiantes, urge mejorar las condiciones de trabajo, obligar a los profesores a cumplir con su carga de enseñanza, pero ante todo cumplir con la ley, si hoy se les permite abandonar sus labores donde se les beca por aprender, mañana abandonarán sus obligaciones pagadas para atender y en medicina, nunca olvidemos, servir a un ser humano es precedente, servir a muchos es trascendente.

La rectora, el decano y el ministro deben poner orden. Y lo están haciendo bien, a pesar de los exabruptos irrespetuosos del gobernante que, como siempre, revuelve todo sin resolver nada.

Mientras el derecho a la salud pública se violenta los médicos callamos. El Colegio Médico nunca ha exigido salud para ese pueblo que nos ve con esperanza y desilusión, con necesidad y crítica. Jamás olviden, jóvenes, que ser médico es un privilegio. Y no es fácil.

Tags: