Opinión

Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, ZEDE

En la edición del 10 agosto de este año, la revista The Economist en un artículo titulado “Abenomics, Zoning Out” indica que la más conocida y exitosa zona económica especial es Shenzhen en China. Shenzhen era un pequeño poblado al norte de Hong Kong, dedicado a la agricultura y la pesca, cuando en 1979 el líder del Partido Comunista chino, Deng Xiaoping, lo seleccionó para probar la economía de libre mercado. Shenzhen creció muy rápidamente hasta convertirse en una gran metrópolis industrial.

The Economist menciona también cómo Japón ha usado las zonas especiales para probar ideas, a veces demasiado radicales para el resto del país, y cómo actualmente el primer ministro Shinzo Abe ha puesto dichas zonas en el corazón de su plan para la reactivación económica del Japón, con un doble propósito: el primero, crear centros tan atractivos para las empresas globales y sus empleados como Londres y Nueva York; el segundo, hacerlas un centro de competitividad, eliminando regulaciones y facilitando la inversión.

Las zonas especiales conocidas en Honduras como Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, ZEDE, al igual que las ciudades Estado y las rutas y territorios charter existen desde hace ya muchos años. Ejemplos son la ruta de las Indias y la de las Antillas y los territorios al final de ellas. Su número se cuenta actualmente en los cientos en Estados Unidos y en muchos otros países desarrollados. Para mayor información sólo hay que entrar a Google o a Wikipedia.

La pregunta es ¿por qué no en Honduras?, ¿es que acaso no necesitamos cambios? La respuesta es que sí necesitamos y urgentes. Podemos justificar la oposición diciendo que la idea no fue bien presentada, ni explicada, o bien porque no estamos acostumbrados a investigar y leer. Sin embargo, durante el tiempo en que el tema se ventiló en los periódicos, la radio y la televisión, no hubo alguien que dijera no conocer del tema, todos eran expertos. El resultado fue una población sumamente mal informada y oportunidades perdidas.

Se puede argumentar que hay que introducir los cambios necesarios en todo el país, en vez de únicamente en la Zona de Empleo y Desarrollo Económico. La razón aquí, en Honduras, al igual que en Japón, es que es más fácil políticamente probar estas reformas en zonas especiales en las que se justifica un marco regulatorio, diferenciado por la adaptación de leyes y reglamentos a condiciones geográficas y recursos naturales propios de la región en que se encuentra la zona.

No es igual una zona del país con facilidades para la prestación de servicios portuarios y los complementarios que estos requieren, que una región con recursos forestales y minerales abundantes ubicada en el centro del país y con pobre infraestructura vial.

Además del marco regulatorio, también se necesita desde el inicio, establecer como política la competitividad, que para una ZEDE es crucial en sus primeros años, tanto para atraer inversionistas como para inducir el ritmo de inversión y ejecución necesario para el desarrollo económico. Los componentes de esa política son un buen sistema de manejo de derechos de propiedad, una rápida resolución de conflictos, bajos costos de transacción, mejor infraestructura y más seguridad, componentes que juntos facilitan, además, el desarrollo económico con equidad. Para proporcionar servicios públicos rápidos y de bajo costo como los que requiere la inversión externa se necesita también establecer un servicio civil que garantice al empleado público condiciones estables, dentro de las cuales acumular experiencia y conocimientos que se traduzcan en una buena administración pública.

El tema es sensitivo ya que en los últimos 33 años nuestras organizaciones políticas no han sido capaces de proporcionar una buena administración que haga difícil la corrupción y la ineficiencia administrativa.

Propuestas que ataquen de frente este problema no se han dado. Sin embargo, las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico presentan una solución alterna, y única en Honduras, a este problema. Como bien lo señala el primer ministro de Japón, la zona especial puede servir para probar ideas que posteriormente ayuden a administrar transformaciones para todo un país, como ocurrió en Shenzhen.

Las ZEDE son una opción para probar y adoptar en regiones claramente definidas por sus características geográficas y particulares recursos naturales y humanos, soluciones que posteriormente sean ejemplo para el resto del país.