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Damas de la comunicación hondureña

Argentina Díaz Lozano, Rosario Sagastume de Ferrari, Nora Landa Blanco, Elvia Castañeda, Mirtha Torres de Mejía, Marta Luz Mejía y Magda Argentina Erazo marcaron una época y fijaron las bases de un nuevo periodismo

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25.05.2013

Su manera de escribir marcó una época. Cada noticia, crónica, reportaje y entrevista, impresas con un toque suave pero a la vez enérgico y contundente, adecentó las bases de un nuevo periodismo y marcó el camino a una nueva generación de comunicadores del país.

Son las damas de la comunicación hondureña, las primeras mujeres que tomaron pluma y papel y algunas cruzaron el umbral de la era tecnológica para ejercer una profesión de entrega, sacrificio y dedicación llevando a la par la dura labor de dirigir una familia, tener un hogar y educar a sus hijos, para los que hoy son ejemplo a seguir.

Argentina Díaz Lozano, Rosario Sagastume de Ferrari, Nora Landa Blanco de Tróchez, Elvia Castañeda, Mirtha Torres de Mejía, Marta Luz Mejía y Magda Argentina Erazo, entre otras, representan el rostro femenino del periodismo. Mujeres con valor, pasión por las letras y las causas de los desposeídos, que supieron ganarse un lugar en una carrera donde solo había espacio para hombres.

En el marco de la celebración del Día del Periodista hondureño, hacemos una semblanza para dedicarles un pequeño homenaje.
ARGENTINA DÍAZ LOZANO

Fue la primera novelista y periodista hondureña, su obra pertenece al romanticismo tardío. Nació en la familia Bueso Mejía en 1914 y fue bautizada con el nombre de Argentina Bueso Mejía. Más tarde contrajo matrimonio con Porfirio Díaz Lozano y adoptó sus dos apellidos.

Realizó estudios de periodismo en Guatemala, en la Universidad de San Carlos, en 1951. Ahí colaboró con varios periódicos de la época, entre estos Diario de Centro América, El Imparcial, Prensa Libre y La Hora. En estos dos últimos publicaba una columna llamada Jueves Literarios.

Se le reconoce como fundadora de varias obras culturales. En 1943 su novela “Peregrinaje” se hizo merecedora del Premio Latinoamericano de Novela, convocado por la firma editora Ferrarand Rinehart y la Unión Panamericana de Washington.

La obra fue publicada en idioma inglés bajo el título de Enriqueta and I; además de este idioma sus trabajos fueron traducidos al inglés, portugués y francés.
En 1974 un grupo de escritores hondureños y guatemaltecos la propusieron como candidata al Premio Nobel de Literatura.

Entre sus obras sobresalen los cuentos “Perlas de mi rosario” (1928) y “Topacios” (1940); las novelas “Luz en la senda” (1935), “Peregrinaje” (1944), “Mayapán” (1950) “Tenemos que vivir” (1956); “49 días en la vida de una mujer” (1956), “Mansión en la bruma” (1964); “Fuego en la ciudad” (1967), “Aquel año rojo” (1973), “Eran las doce... Y de noche” (1976), “Ciudad errante” (1983), “Caoba y orquídeas” (1986). Y un ensayo: Walt Whitman.
ROSARIO SAGASTUME DE FERRARI

Su nieta Pía Ferrari de Pastor la define como la dama de la comunicación, pionera de la radiodifusión nacional.

La honorable dama fundó junto a su esposo Rafael Ferrari García, en 1933, la primera radioemisora en Honduras: HRN.
“Visionaria, transformadora, con carácter”, así la define Pía.

Y es que además de ser la primera mujer empresaria de las comunicaciones, que al morir su esposo asumió con heroísmo y tenacidad su legado, sembró en su familia un invaluable legado de “trabajo, honestidad, esfuerzo, un inquebrantable compromiso con el bienestar del país y el bien común y una invariable defensa por la libertad de expresión, de opinión y de prensa”.

El Congreso Nacional premia cada año a un periodista parlamentario, con un galardón que lleva el nombre de esta dama de la radiodifusión nacional.
NORA LANDA BLANCO DE TRÓCHEZ

Engalanó el periodismo nacional durante 50 años. Su hija, la también periodista Nora Schauer, la define como una mujer que disfrutó cada minuto de su vida sin pensar en el qué dirán; una admiradora permanente de su madre Hortensia Rodríguez y una lectora sensible y entregada que sentía que al terminar de leer un libro, perdía un amigo.

Fue la primera mujer graduada en Periodismo que ejerció en Honduras.

Estudió en la Universidad de Miami y luego obtuvo su especialidad en la Universidad de Upsala en Noruega. En 1957, luego de realizar su práctica profesional nada menos que en el Miami Herald, fundó su propio periódico en Honduras bajo el nombre de El Imparcial.

Años después formó parte de la redacción de diario La Prensa en San Pedro Sula, donde se distinguió como una hábil redactora de noticias con un estilo de periodismo ágil y moderno, muy diferente al de ese entonces.

Esa acuciosidad y manera propia de buscar la noticia y de plasmarla en el papel la hizo merecedora del Premio de Periodismo Paulino Valladares, que en importancia era como es hoy el Álvaro Contreras.

Luego laboró en Canal 7 con los periodistas Norman Serrano y Gabriel García Ardón; más tarde hizo periodismo social.

Su pasión por los libros la llevó desde el clásico Homero hasta las obras de Ernest Hemmingway, Isabel Allende, Gabriel García Márquez, Truman Capote y Henry Miller, entre otros.

Esta dedicación a la lectura fue reconocida por el expresidente Carlos Roberto Reina, quien apoyó la edición del libro de Nora Landa Blanco “Te regalo un resumen”, que recoge síntesis de obras literarias de escritores consagrados. Los últimos diez años de su vida ejerció el periodismo literario.

“Fue una mujer especial, que me legó, además de su nombre limpio e intachable, la dedicación por el trabajo, la honestidad, el respeto y la humildad”, dijo su hija.

Según Schauer, doña Nora Landa abrió el camino a las mujeres con aspiraciones de ser reporteras. En la década de los años 50 y 60 no era bien visto que una mujer anduviera a altas horas de la noche y en lugares de dudosa reputación con un fotógrafo.

“Mi mamá me contó que en ese tiempo un grupo de señoras mandó a oficiar una misa por el alma de la pecadora Nora Landa Blanco, que entraba y salía sin vergüenza de los hoteles de mala muerte y las cantinas del pueblo. También me contó que ahí estaban las historias humanas y las tragedias familiares. Por ese tiempo fue cuando le dieron el Premio Paulino Valladares, que creo a ninguna otra mujer se lo han otorgado”.

La periodista Covadonga Lastra elogió su formalidad y su cultura, el grado Magna Cum Laude al graduarse en la universidad, su espíritu festivo y su convicción clara despojada de la soberbia. Y la definió como una mujer de voz profunda que no se parecía a ninguna otra, con una perfecta dicción, su larga cabellera peinada hacia atrás al estilo flamenco y su sobriedad para vestir de oscuro.


“Era hermanable y cálida y las puertas de su hogar, abiertas para todos sus amigos...”.
ELVIA CASTAÑEDA

La escritora Helen Umaña la define en su libro “La palabra iluminada” como una mujer poseedora de una voz “reflexiva y serena”.

Nació en El Rosario, Comayagua (1932). Ha realizado estudios de bibliotecología, supervisión educativa, literatura infantil y juvenil y planeamiento educativo en Argentina, Estados Unidos, España y Francia. Ha sido docente, relacionadora pública, periodista, historiadora y poeta.

Fue columnista de diario EL HERALDO, y durante su gobierno municipal, el exalcalde Miguel Pastor le entregó un reconocimiento por su aporte de 50 años al periodismo y a la cultura nacional.

Segisfredo Infante detalla en un artículo sobre la vida y la obra de doña Elvia Castañeda de Machado, que “hace algunos años publicaba libros, poemas, fascículos, ensayos y artículos bajo el seudónimo de Litza Quintana, con la seriedad, curiosidad y amenidad que siempre le han caracterizado”.

Y no es para menos, a sus tres libros de historia: “Valle en la génesis del panamericanismo”, “La batalla del amor”, y “500 años después”, se suman más de 400 reportajes culturales y muchos poemas que no fueron publicados en un poemario, pero que están dispersos desde 1949 en la revista Tegucigalpa bajo el seudónimo de Litza Quintana.
MIRTHA TORRES DE MEJÍA

Se convirtió en la primera mujer en ser jefa de redacción de un medio de comunicación escrito, al asumir este cargo en La Prensa en 1966, cuando el diario que se edita en San Pedro Sula ya llegaba a las 32 páginas.

Su nombramiento marcó un hito en la historia del periodismo centroamericano.

La Casa Presidencial creó un premio que lleva su nombre y con el que se premia cada año a un comunicador en el marco del Día del Periodista hondureño.

MAGDA ARGENTINA ERAZO GALO

Ejerció el periodismo durante 40 años. A su deceso en 1999 se desempeñaba como jefa de Relaciones Públicas del Instituto de Jubilaciones y Pensiones de los Empleados del Poder Ejecutivo y era directora del noticiario televisivo “Informándose con Magda”.

Fue reportera, conductora de radio y televisión, relacionista pública, presidenta de la Asociación de Prensa Hondureña (APH), la primera organización de periodistas en el país, de la que surgió el Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), del que ella fue fundadora, a finales de los 70, con otro grupo de colegas.

Fue reportera en Radio Centro, Radio América y HRN; periodista de los diarios El Cronista y La Noticia y directora del programa televisivo “Elite”.

Erazo, quien además era abogada, recibió del CPH una placa de “Honor al Mérito”, que le fue otorgada por su larga trayectoria profesional.
En su discurso le pidió a sus colegas que ejercieran el periodismo con ética y principios de solidaridad.
MARTA LUZ MEJÍA

EL HERALDO se reencontró en 2009 con la veterana periodista y escritora, y su mundo de infinitas ideas.

Doña Luz nació el 15 de abril de 1910, en Comayagüela. Tiene un hijo: José Benjamín Zapata, quien ha sido embajador de Honduras en Suiza. Su pasión por las letras nació a principios de 1930, cuando empezó a escribir poesías, “lo cual considero como una vocación”, dijo a EL HERALDO.

Durante años editó la revista de la Sociedad Literaria Femenina de Letras Grupo Ideas. En su nombre fue creado en 1997 el premio Martha Luz Mejía que entrega la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM).

Laboró de forma voluntaria en el semanario católico Fides, bajo el nombre de “Alfa y Omega”, durante 18 años y realizó al menos 80 escritos. Ha publicado ocho libros y dirigió en HRN el programa “Síntesis informativa”.
Todas, cada una en su época, marcaron un hito en el periodismo nacional y señalaron el camino a las nuevas generaciones de mujeres periodistas que luchan a diario para engrandecer esta digna profesión.

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