El recorrido dura alrededor de dos horas. En el equipo del conductor de la lancha es indispensable llevar malvaviscos y salchichas (que son los snacks preferidos de los caimanes) y, por supuesto, salvavidas; por parte de los turistas el equipo más común son las cámaras (fotográficas y de video), y lo que no puede faltar es la emoción de ver a un caimán de cerca y la advertencia de sujetarse bien, mientras el guía calienta motores para adentrarse en el pantano...
Pero la fauna no la conforman solamente los caimanes, también se encuentran diferentes especies de arañas, garcetas, garzas, sapos gigantes, cangrejos y cerdos de monte, estos últimos dejan su timidez para acercarse a los turistas y ofrecerles sus mejores poses a cambio de bocadillos.
LOLA, LA ESTRELLA DEL PANTANO
Entre los caimanes una de las atracciones es Lola, que es uno de los que más años tiene viviendo en el pantano; su tamaño es más grande que el resto, y esta es una de las características por las que es identificado por los guías. Pese al nombre, aún no se sabe si es hembra o macho. El caimán más grande mide 1.8 metros de largo. Según explicó el guía, un caimán puede vivir hasta 85 años y tienen alrededor de 80 dientes.
Mientras los caimanes se alimentan de sapos y culebras los habitantes de Nueva Orleans se alimentan de caimanes, ya sea a la parrilla o asados. La vegetación en la Isla de miel también es variada, pero sobresalen los árboles de roble, aunque también se pueden observar lirios y, desde luego, los cipreses, que es el árbol Nacional de Luisiana. De hecho, estos antes se utilizaban para construir casas, pero como conservación en la actualidad está prohibido cortarlos.
En el pantano hay un ciprés que tiene 650 años, en él fue inspirada una de las escenas de la película de Disney “La princesa y el sapo”; una toma de este ciprés apareció también en el film “Entrevista con el vampiro”. Es común ver mucho musgo colgar de los árboles, lo que contribuye al aspecto tenebroso que todo pantano debe tener.
El pantano cubre un área que es más de 20 millas de largo y cerca de 7 millas de ancho.
Cerca del río se puede observar un pequeño pueblo, y sus habitantes únicamente pueden movilizarse a sus casas a través de lanchas, ya que no hay carreteras.
La localidad se llama Indian Village (El pueblo de los indios). La fuente de subsistencia de los habitantes es la pesca. Por eso es común, durante el recorrido, ver pequeños barcos o lanchas con pescadores que salen en busca de camarones y cangrejos.
También hay algunas familias que han construido sus casas sobre el agua, aunque deben evacuar cuando las lluvias son constantes, ya que entre cuatro a cinco veces al año las casas se inundan, por lo que constantemente buscan refugios momentáneos. En la zona hay un promedio de 18 casas bajo estas condiciones.
Durante el recorrido el turista puede apreciar el vuelo de las garcetas, que se alimentan de culebras y es la segunda ave más grande que existe en el pantano; la primera es la garza azul.
También se encuentran varias plantas alimenticias, en esta tierra crece arroz silvestre, cebolla, laurel y ají. Sin duda, ver de cerca a los caimanes es una de las razones por las que vale la pena adentrarse en los pantanos, varios de ellos salieron al encuentro del grupo de periodistas invitados por Copa Airlines para promover el turismo en Nueva Orleans, como parte de la agenda realizada por la apertura de un nuevo vuelo directo desde Panamá.
El guía regresó sin malvaviscos y salchichas, pero los reporteros retornaron con las cámaras llenas de imágenes y tomas, eso sin contar la emoción de la aventura recién vivida.