NUEVA YORK, EEUU.- Un medicamento antimalárico que el presidente Donald Trump anuncia como un tratamiento para el nuevo coronavirus no no ha demostrado que sirva contra el COVID-19, según un amplio análisis de su uso en hospitales de veteranos de guerra en Estados Unidos. Hubo más muertes entre quienes recibieron hidroxicloroquina que quienes recibieron un cuidado estándar, reportaron los investigadores.
El estudio a nivel nacional no fue un experimento riguroso, pero con 338 pacientes es el análisis más extenso hasta la fecha de la hidroxicloroquina acompañada o no del antibiótico azithromycin contra el COVID-19, la pandemia que hasta el martes había matado a más de 171.000 personas a nivel mundial.
El estudio fue publicado en un sitio en internet para investigadores y fue presentado a la revista New England Journal of Medicine, pero no ha sido revisado por otros científicos. El estudio fue financiado con subvenciones de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y la Universidad de Virginia.
Los investigadores analizaron registros médicos de 368 veteranos hombres hospitalizados con coronavirus confirmado en los centros médicos de la Administración de Salud de Veteranos que murieron o fueron dados de alta hasta el 11 de abril.
Aproximadamente 28% de los que recibieron la hidroxicloroquina además del cuidado usual murieron, contra 11% de quienes sólo recibieron atención rutinaria. Aproximadamente 22% de quienes recibieron el medicamento además de azithromycin también murieron, pero la diferencia con ese grupo y la atención estándar no se consideró con suficiente amplitud para descartar los otros factores que pudieron haber afectado la supervivencia.
La hidroxicloroquina tampoco hizo diferencia en la necesidad de un respirador artificial.
Los investigadores no monitorearon los efectos secundarios, pero señalaron que la hidroxicloroquina pudo haber dañado otros órganos. Desde hace mucho se tiene conocimiento de que el medicamento tiene efectos secundarios potencialmente graves, incluso la alteración de los latidos del corazón de tal forma que podría provocar una muerte súbita.
A principios de mes, los científicos en Brasil detuvieron parte de un estudio de hidroxicloroquina después de que se desarrollaran problemas de ritmo cardíaco en un cuarto de las personas que recibieron más de las dos dosis de prueba.
El estudio a nivel nacional no fue un experimento riguroso, pero con 338 pacientes es el análisis más extenso hasta la fecha de la hidroxicloroquina acompañada o no del antibiótico azithromycin contra el COVID-19, la pandemia que hasta el martes había matado a más de 171.000 personas a nivel mundial.
El estudio fue publicado en un sitio en internet para investigadores y fue presentado a la revista New England Journal of Medicine, pero no ha sido revisado por otros científicos. El estudio fue financiado con subvenciones de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos y la Universidad de Virginia.
Los investigadores analizaron registros médicos de 368 veteranos hombres hospitalizados con coronavirus confirmado en los centros médicos de la Administración de Salud de Veteranos que murieron o fueron dados de alta hasta el 11 de abril.
Aproximadamente 28% de los que recibieron la hidroxicloroquina además del cuidado usual murieron, contra 11% de quienes sólo recibieron atención rutinaria. Aproximadamente 22% de quienes recibieron el medicamento además de azithromycin también murieron, pero la diferencia con ese grupo y la atención estándar no se consideró con suficiente amplitud para descartar los otros factores que pudieron haber afectado la supervivencia.
La hidroxicloroquina tampoco hizo diferencia en la necesidad de un respirador artificial.
Los investigadores no monitorearon los efectos secundarios, pero señalaron que la hidroxicloroquina pudo haber dañado otros órganos. Desde hace mucho se tiene conocimiento de que el medicamento tiene efectos secundarios potencialmente graves, incluso la alteración de los latidos del corazón de tal forma que podría provocar una muerte súbita.
A principios de mes, los científicos en Brasil detuvieron parte de un estudio de hidroxicloroquina después de que se desarrollaran problemas de ritmo cardíaco en un cuarto de las personas que recibieron más de las dos dosis de prueba.