Honduras

El hondureño del año: Jeony Ordóñez, el pastor que rescata a los niños del basurero para llevarlos a la universidad

El religioso es el coordinador de un proyecto que brinda educación, alimentación y vivienda a los pequeños pepenadores y sus familias

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31.12.2016

Tegucigalpa, Honduras
Cuando conocimos al pastor Jeony Ordóñez nos lanzó una bienvenida extraña: 'Ojalá no sean amarillistas ni fatalistas sobre las condiciones de estos niños y sus familias, porque me ha costado ganarme su confianza'.

Minutos después entendimos la profundidad de sus palabras, pues no escribiríamos sobre los pequeños que huyeron del riesgo social del basurero municipal de la capital hondureña -o sobre los que aún vivían en esa cárcel de desechos-, sino de su familia... de sus hijos adoptivos.

A unos metros del cerro de infinitos desperdicios, en la salida a Olancho, el pastor Jeony decidió levantar un edificio donde guarda el mayor tesoro que puede recibir un niño en la miseria: esperanza.

Cada año, cada mes, en cada semana posible, el religioso se adentra a la burbuja de basura para rescatar a los menores que se ganan la vida con el reciclaje. Es así que ha logrado una matrícula de casi 200 alumnos en el proyecto educativo Amor, Fe y Esperanza (AFE), la alternativa para llevarlos de los cerros de residuos a las aulas de la universidad.

Él, junto a su equipo, convencen a los padrse de los pequeños pepenadores para llevarlos a la escuelita de AFE, de forma gratuita. Ahí limpia sus mejillas sucias, les cambia los remiendos de ropa por vestimenta decente, lava sus manos y pies, llena sus estómagos, empieza su vida escolar y, más importante, comienza a cincelar en sus mentes esperanza y en su corazón les siembra felicidad.

Al pastor no le basta que sean inteligentes o aplicados. Él quiere que sean cipotes felices y alegres. Con ojos que brillen de metas y sonrisas que muevan a Honduras.

Son muchas las anécdotas que allegados cuentan del pastor y su corazón sin límite. Él se encarga de minimizar sus actos. Restandole méritos a su solidaridad, recuerda cuando tenía que comer con los niños del crematorio para ganarse su confianza.

O cuando nos llevó, en esa misma entrevista, a repartir bolsas con agua al relleno sanitario. El pastor Jeony, entendiendo la mente de los pepenadores, sabe de la indiscresión de visitar a sus habitantes sin llevar algo para calmar su feroz sed o la atroz hambre. Algo, vale la pena.

El pastor, poseedor de un acento americano por su constante comunicación con estadounidenses e ingleses que colaboran con su proyeco, se comportó como otro del grupo. No era ni más ni menos que el resto de los cientos de trabajadores clandestinos del relleno.

Dos años después de esta anécdota, EL HERALDO vuelve a conversar -largo y extendido- con el director de AFE para recapitular su cruzada por los niños y exniños del basurero. También es momento de hablar de los retos para el siguiente año y de paso reflexionar -es propicio, aunque incomode- de la indiferencia al prójimo.

Aquí las palabras de quien para nosotros es el hondureño del año, porque, al fin y al cabo, todos deberíamos posee un poco del espíritu del pastor en nuestro corazón para desarrollar un país más próspero.

¿Cómo inició AFE y qué niños entran en este proyecto?
En 1998, después del huracán Mitch se fundó una comunidad para damnificados, casi inmediatamente las personas empezaron a vivir en dicha comunidad. Pudimos contactar médicos norteamericanos para que vinieran a hacer brigadas médicas y atender a las personas. Así fue que en junio del 2001, tuvimos una brigada más para atender a las personas en esta comunidad.

Cada día durante la brigada, teníamos que subir con los restos de la basura de desechos médicos, pero en esta semana en particular mi hija pequeña Chris estaba conmigo. Llevarla al basurero era peligroso por lo que le dije que me tenía que esperar, por supuesto no estuvo de acuerdo y quiso ir conmigo hasta el basurero. Yo le di instrucciones de mantener la ventana cerrada y regresaríamos inmediatamente de que depositáramos la basura. Ella jamás había estado en el basurero antes. Ya casi listos para regresar de basurero, ella me preguntó si podíamos orar por los niños que estaban ahí, como orar no cuesta nada, además que iba a enseñar a mi hija a preocuparse por los que menos tenían, le dije que sí y oramos como cuando oramos por los alimentos, sin cerrar los ojos por el peligro. Ella insistió en venir el resto de la mañana y cada día hicimos lo mismo.

Una semana más tarde, ella me preguntó si había regresado al basurero, le dije que no pero que posiblemente iba a subir cuando viniera otra brigada. En ese momento ella me preguntó si era posible ayudar a los niños que estaban ahí. Por supuesto no presté suficiente atención a lo que decía y dos semanas más tarde, me preguntó si yo había hablado con mi jefe que es ese tiempo era Michael Miller, el director del proyecto Miqueas. Le dije que no pero al siguiente día hablo con él. Cuando le comenté a Michael, él estaba impresionado y dijo ”Dios nos está hablando a través de Chris”, “¿cuándo va a comenzar?” “no tengo la menor idea” – le dije.

En ese momento hicimos un plan de ir al basurero tres veces a la semana con los muchachos del proyecto Miqueas, llevar agua, comida y otras cosas que ellos pudieran necesitar. Hicimos eso por seis meses, después de seis meses, tuvimos la idea de comenzar una escuela y hacer las matriculas para que los niños pudieran aprobar sus grados en un programa de escuela en casa. No teníamos escritorios ni materiales escolares, ni nada. Solo la idea de tener una escuela de primero a sexto grado para el 2015.

Estuvimos sobre la basura por tres años y logramos matricular 80 estudiantes. Luego tuvimos que salir, junto con los estudiantes por presión del gobierno y nos apostamos debajo de los árboles en un campo de fútbol, bajo uno de estos árboles fue nuestra primera graduación de sexto grado.

A finales del 2005 y principios del 2006 la Misión Evangélica Mundial se alió con nosotros para ayudarnos a construir el primer edificio, luego por presión de la situación tuvimos que abrir una guardería, porque los padres no tienen quienes cuiden a los bebés, los llevan al basurero y los ponen en una caja de cartón, mientras buscan algo para recolectar y comer.

Además nos vimos obligados a continuar con séptimo a onceavo grado, porque si no seguíamos con la educación de los que terminaban sexto grado, seguirían siendo recolectores de basura que pueden leer y escribir. Actualmente tenemos guardería, preparatoria, escuela primaria, secundaria y universitarios, además tenemos educación de adultos por las tardes.

Este es el centro educativo levantado por el proyecto Amor, Fe y Esperanza (AFE) en la aldea El Guanábano en la salida a Olancho,a unos metros del crematorio municipal, foto: EL HERALDO.

Estas son las instalaciones del proyecto AFE en la salida a Olancho, a pocos metros del basurero municipal, foto: EL HERALDO.
¿Cuántos niños atienden?
Actualmente atendemos una población de 180 niños y niñas en las diferentes modalidades escolares por la mañana y 25 adultos por la tarde. Desde 2001 hemos atendido a más de 80 familias, implementando un enfoque integral en nuestro proyecto, atendiendo el área física, emocional, espiritual, educativa y familiar.

¿Qué tipo de educación y otras ayudas brindan en AFE?
AFE es una Organización no Gubernamental que se dedica a atender la población que vive y trabaja en los basureros de Tegucigalpa y San Pedro Sula de Honduras. Próximamente en la terminal de Guatemala.

Atendemos los niños como prioridad, pero también a sus familias con alimentación, construcción de viviendas, atención médica y espiritual.

También tenemos educación de adultos por las tardes y microempresas.

Tenemos un sistema de Acquaponics (proyecto de alimentación autosostenible que consiste en la producción de vegetales en agua y tilapias).

También cuenta con una clínica para atender nuestros niños y a las personas del basurero con costos mínimos.

Tenemos una casa para los universitarios y próximamente una casa de protección para menores.

¿Cómo son los niños antes de que ustedes los reciben y como son después de un tiempo en el programa?
Para nosotros la educación no es simplemente enseñar a leer y escribir, o proporcionar conocimiento. Si no hacer de ellos alguien que no existía. Antes de venir a la escuela, su mayor expectativa era ser un conductor de camión de basura. Actualmente su mundo se ha extendido a tal grado que quieren ser ingenieros, doctores, maestros, abogados, etc. Antes de venir a la escuela sus sueños estaban dormidos, ahora sus sueños alcanzan nuevos horizontes. Antes eran necesitados, ahora son agentes de cambio y transformación.

¿Cuál ha sido su mayor alegría?
Cuando Antonio y René se graduaron.

René fue el primer niño que encontré el primer día que llegué al basurero. Tenía cuatro años, estaba entre la basura, sin ninguna oportunidad de estudiar. Se graduó en 2011 y es uno de los actores en el documental de “The Dust on our Feet” que pueden verlo en Netflix.

Antonio estuvo en el basurero desde su nacimiento. Cuando tenía 13 años, comenzó la escuela, él usaba una máscara de esquí, para cubrir su rostro porque estaba siendo miembro de una pandilla. Su conducta agresiva no les permitía a las maestras impartir las clases con libertad. Nadie quería atenderle en la escuela.

Pero en una competencia de grupo la maestra lo eligió a él como el líder, con el reto de que si ganaba su grupo lo llevarían al cine y a comer hamburguesas. Su grupo ganó, así que lo llevamos al cine por primera vez fuera de su entorno. Su impresión era tan grande que era notoria para todo el grupo. Después de esta experiencia fue el mejor estudiante por los siguientes dos años. Pagamos una beca en una escuela vocacional donde se graduó como mecánico industrial. Años más tarde terminó su secundaria y estuvo dos años en la universidad estudiando para ser maestro.

Mientras estaba en su último año de secundaria, fuimos invitados a un programa de televisión. Para hablar un poco de su experiencia. El reportero preguntó: “¿Antonio, cuál era tu sueño antes de venir a AFE?” él le respondió: “Yo quería ser sicario y matar pastores”. Al escuchar la respuesta tan contundente, el reportero con un tanto de nervios le preguntó: “¿Por qué pastores?

El respondió: “porque al basurero llegaban muchos pastores, muchos cristianos, haciendo promesas, tomando fotografías y yo sabía que recaudaban fondos y nunca regresaban”.

“¿Que pensaste cuando viste al pastor Jeony?”, le interrogaron. “Es uno más en mi lista”, dijo, sin temblarle la voz. Ese mismo día hicieron un reportaje especial para hablar de su vida antes y después de AFE. Por eso al verlo que se graduó de secundaria, fue una de las mayores alegrías que tuve en mi vida. Al saber que Dios había cambiado la historia de una vida.

El pastor Jeony con René, un joven que nació en el basurero y que a los 13 años entró a la escuela de AFE. Fue el primero en pisar las aulas de la universidad y es uno de los mayores orgullos del religioso, foto: EL HERALDO.

{El pastor Jeony y René, uno de sus mayores orgullos del proyecto AFE. René nació en el crematorio y a los 13 años ingresó a la escuela; fue uno de los primeros en pisar el aula universitaria, foto: EL HERALDO.


¿Cuál ha sido su mayor tristeza?
La muerte de David.

Aunque yo ya había visto morir a niños en el basurero atropellados por los carros, la muerte de David fue la más impactante. David era el tercero de cuatro hermanos, todos estaban en la guardería de lunes a viernes. Pero el sábado, su hermana mayor, Stephanie, era la responsable de cuidarles, aunque solo tenía ocho años de edad. Este día ella había estado limpiando la casa y David de cinco años, era el responsable de acarrear el agua, desde un pozo que el vecino había construido para las aguas residuales del basurero.

A las 4:00 de la tarde, recibí la llamada que David había muerto. Al llegar al lugar, vi a su mamá Wendy cargándolo en sus brazos, aun con su ropa de trabajo. Stephanie corrió hacia mí y sin poder contener su llantó me comentó lo que pasó, ella le pidió a David traer más agua del pozo para terminar de lavar la ropa, al notar que se tardaba, fue a ver cuál era el problema y encontró a David flotando en el pozo.

No entiendo como pero ella misma lo sacó, pero ya David estaba sin vida. “Murió Pastor”, me dijo. “¿Por qué Dios no me escuchó?” “Yo oré y hasta lo besé para que no muriera, pero Dios no me escuchó”. Que explicación se le puede dar a una niña de siete años, que se siente culpable de la muerte de su hermano. Gracias a Dios, Stephanie está mucho mejor ahora y a partir de la muerte de David atendemos a los niños de lunes a sábado y los domingos están en la iglesia.

¿No le causa impacto la indiferencia que hay en Honduras por el tema de la niñez abandonada?

En el transcurrir del tiempo, intentando involucrar a los hondureños en la atención a los más necesitados, exclusivamente a las personas del basurero, al no encontrar eco a mi petición, ni respuesta a las necesidades con la justificación de que todos necesitan me di cuenta de lo siguiente: en Honduras el odio ya no es lo contrario al amor, escuchamos muy poco decir que alguien odia a alguien. Pero si es muy notorio, la indiferencia, por lo que lo contrario al amor ya no es el odio si no la indiferencia y eso realmente duele.

Lo otro es la confusión que hay en la gente, al no ver la diferencia entre la compasión y lastima. Lástima no es mala pero no es suficiente. Compasión es pensar que es el próximo paso que voy a hacer para ayudar realmente a estas personas. Las personas del basurero ya tienen lástima, la sociedad siente lástima, el gobierno siente lástima, aun la iglesia siente lástima. No necesitan mas lástima. Necesitan compasión.

¿Qué le dice la gente cuando lo ve que va al basurero y camina y plática sin mirar de menos a nadie más?
Bueno, mucha gente piensa que al hacer este trabajo somos alguien especial, pero esa no es la verdad. Es como un equipo de futbol americano, donde hay diferentes jugadores en diferentes posiciones. Es como ustedes y nosotros, nosotros aquí como la ofensiva y ustedes allá escribiendo sobre nosotros como la defensiva, pero no importa la posición en que juguemos, lo importante es que jugamos en el mismo equipo.

¿De dónde saca fuerzas e ingresos para continuar con este proyecto?
Las fuerzas definitivamente provienen de Dios y Dios mismo mueve a las personas a conocer lo que sucede para después ser parte de este proyecto. Actualmente contamos con donantes en Estados Unidos e Inglaterra.

Este es un grupo de niños que nos recibió en la escuela de AFE en nuestra visita hace dos años. Los pequeños mostraron su alegría y nos contaron sus sueños, foto: EL HERALDO.

Los niños de AFE cuando nos recibieron en una visita hace dos años. Antes de entrar a la escuela, su mayor aspiración es ser conductor de camión de basura, pero ahora tienen sueños y metas más allá del botadero municipal.
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