Honduras

Honduras: Intensa búsqueda de drogas, armas y hasta cadáveres en centro penal de SPS

Luego del traslado de 755 reos de la MS-13 y la M-18, el Ministerio Público y la ATIC realizaron una minuciosa inspección

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16.03.2017

San Pedro Sula, Honduras
La fiesta terminó. Ahora en El Pozo, en Ilama, Santa Bárbara, pagarán la condena por los horrendos crímenes que cometieron. Atrás queda la sombra de una historia escrita con horror.

Luego del traslado de los 755 reos de la MS-13 y 18 a El Pozo, autoridades policiales y del Ministerio Público comenzaron a inspeccionar los dos módulos del presidio sampedrano con el objeto de encontrar armas, droga y cadáveres enterrados.

Hasta la tarde de ayer, las autoridades no habían logrado detectar ninguno de los tres supuestos. Sin embargo, no descartan las probabilidades de hallarlos en las próximas semanas.

Luis Suazo, secretario técnico del Gabinete de Seguridad y Defensa, dijo ayer que el gobierno considera “la demolición de los edificios si fuera necesario” para profundizar en las investigaciones.

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Según Suazo, la investigación en el presidio “tardará semanas” y “a medida que se vayan encontrando se va ir procediendo”.

Al interior del recinto, en dos puntos distantes del módulo de la 18 había dos agujeros en la tierra.

Además, algunos muebles presentaban aberturas, producto de la inspección, y otros tenían las gavetas abiertas.

Las imágenes de la cómoda vida que tenían los mareros. Foto El Heraldo

Las imágenes de la cómoda vida que tenían los mareros. Foto El Heraldo

Elementos de las Fuerzas Armadas permanecen en el interior de ambos módulos para custodiar los objetos personales que los reos habían comprado con dinero obtenido mediante la extorsión y otros delitos cometidos en las ciudades principales del país.

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El módulo de la 18, donde se encontraban recluidos unos 500 miembros, estaba desolado, mientras afuera, frente al portón del presidio, las mujeres y parientes de los mareros reclamaban los objetos personales.

En los alrededores de la terraza, donde los miembros de la 18 montaban guardia para observar lo que sucedía en las calles aledañas, había sacos de arena, ropa tendida y otros objetos en el suelo.

Estos sacos eran parte de una trinchera que los mareros habían instalado como una medida de prevención ante cualquier ataque con armas de fuego procedente del interior o del exterior del presidio.

En uno de los cuartos de la mara 18 había en el suelo un puro habano Cohiba, tenis deportivos Nike, perfumes y ropa interior Calvin Klein.

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En este módulo también había un área con luces utilizadas en las discotecas, había una mesa de futbolito y otra de billar.

Al igual que en el módulo de la 18, en el de la MS-13 el miércoles reinaba la desolación y mostraba todos los lujos con los cuales vivían los miembros de esta organización.

Los reos de la MS-13 del presidio de San Pedro Sula estaban mejor armados que sus compinches encarcelados en la Penitenciaría Nacional de Támara y con mayores comodidades que los rivales de la 18.

En los muebles de los cuartos de estos reos se encontraban sus prendas de vestir de marcas reconocidas como Tommy Hilfiger y Adidas, así como zapatos deportivos Reebok.

Algunos custodios dijeron que ahora que no están los 755 mareros “hay tranquilidad” en el presidio y se sienten menos amenazados.

La inspección duró al rededor de ocho horas. Fue hecha por la Fiscalía de Delitos contra la Vida con el apoyo de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic).

Elvis Guzmán, portavoz del Ministerio Público, informó que dentro de los recintos que eran ocupados por los privados de libertad hicieron excavaciones, así como búsquedas en paredes y otras zonas, sin obtener resultados.

Las autoridades trataban de identificar en las áreas exclusivas que ocupan los miembros de los grupos criminales drogas, armas o restos humanos sepultados.

Los técnicos de inspecciones oculares también practicaron en las paredes y pisos de las celdas pruebas de luminol para detectar restos de sangre, pero los resultados fueron negativos.

Sesenta años que esconden el horror
El centro penal sampedrano se habilitó desde hace más de 60 años y ahora está en proceso de ser cerrado, pues su historia está marcada por el horror.

Masacres, incendios, motines, fugas e intentos de fuga, tráfico de drogas, de armas, entre otros delitos, son solo algunos de los incidentes que caracterizaron a este presidio ubicado en el barrio Las Palmas de San Pedro Sula.

Uno de los hechos más graves y grotescos, que trascendió incluso a nivel mundial por su magnitud, fue la muerte de más de 100 pandilleros en un incendio.

El incidente ocurrió el 17 de mayo de 2004 y consumió la celda donde estaban recluidos los miembros de la Mara Salvatrucha. Las llamas provocaron la muerte de 107 pandilleros,