Tegucigalpa, Honduras
El extraditable Arnulfo Fagot Máximo forma parte de una poderosa estructura del narcotráfico que alcanza a militares, alcaldes, gobernadores, exministros y hasta diputados.
Así que hay una gran razón para que Estados Unidos lo solicite en extradicción ya que sus confesiones permitirán cerrar el círculo de otras investigaciones, expuso a EL HERALDO una fuente ligada a la lucha contra las drogas.
Fagot Máximo nació en Puerto Lempira, Gracias a Dios, el 28 de marzo de 1961, pero su sede de operaciones la tenía en Klupki, Villeda Morales, departamento de Gracias a Dios, donde tiene terrenos, ganado y viviendas.
O sea que se había establecido cerca del mar, ahí donde es posible embarcar y desembarcar drogas sin problemas ya sea porque no hay presencia de autoridades o porque los navales lo permiten.
Aunque estuvo ligado a la narcoactividad como uno de los brazos operativos de Alex Adán Montes Bobadilla, un brutal criminal que en los comienzos del 2004 heredó la ruta de su primo Pedro García Montes, los investigadores también lo relacionan con Los Cachiros.
Abril de 2013Tras un repentino viaje de las máximasautoridades del gobierno a Estados Unidos, el Congreso Nacional con la velocidad de un rayo aprobó la reforma al decreto 102 constitucional, el cual fue publicado en el diario oficial La Gaceta de inmediato, permitiendo la extradición de narcos hondureños requeridos por la justicia norteamericana. |
Asimismo lo señalan de estar emparentado, a nivel de cuñado, con un personaje político en la zona, quien goza de una reputación de intocable. Esta persona mantiene una estrecha relación con un exministro de seguridad y con un diputado a quien los narcos le llaman “el abogado del diablo”.
“Estos tres personajes de la política hondureña y los navales que le han permitido a Fagot operar sin problemas en la zona estarán en problemas con las declaraciones del misquito”, relató la fuente.
“La extradición de Fagot dependerá de si los patrones lo dejan”, expresó.
Arnulfo Fagot ha sido “un periférico trabajador de los Montes y de los Cachiros, se le conoce como un pegue con los carteles sudamericanos, aunque era ponguero, tumbaba cargas a otros en el mar”.
Potencialmente (él) confirmará la implicación de miembros de la Fuerza Naval de Honduras, ya que uno de sus dominios era el mar, dice la fuente.
Explicó que uno de los políticos afines a Fagot Máximo está muy ligado a un exfuncionario de seguridad, que fue muy promiscuo con los narcos. “Ellos lo mencionan bastante. Este pedía hasta boletos de avión, “viáticos”, 75,000 dólares a uno de ellos, para citarle un caso. Y lo mencionaron varios”.
“Es posible que el otro cachiro (Javier Rivera Maradiaga) este mes que viene los mencione también”, relató la fuente.
+Enlace de los Valle es extraditable a los Estados Unidos
Un grande
Igual que otras personas -de la basta mosquitia-, que según informes de los agentes antidrogas se dedican al narcotráfico, Fagot Máximo siempre trató de mantener un bajo perfil.
“El jodido es grande”, dijo un poblador del municipio de Villeda Morales refiriéndose al extraditable.
Él lo describió como un hombre con varias esposas, además de abusador de mujeres que le gustaban en la zona. De igual manera lo relacionó familiarmente con los Arrechavala, clan que tiene una banda criminal en ese sector que, según investigaciones oficiales, roba, asalta, mata y trafica con drogas, impunemente.
De acuerdo con testimonios recabados por EL HERALDO, este grupo criminal, ligado a Fagot Máximo, a comienzos de esta década gozó de la protección de uno de los comandantes del Quinto Batallón de las Fuerzas Armadas, ubicado en Mocorón, Gracias a Dios.
Con excepción de Ramón Matta Ballesteros, |
Según la fuente, el extraditable, a quien las autoridades de Nicaragua le decomisaron al menos 5 lanchas, está muy ligado a los políticos de Gracias a Dios.
Además financió candidaturas a varias alcaldías, entre ellas Ahuas y Wampusirpi. Recientemente “estaba manejando una línea de financiamiento para políticos en la zona”, expresó.
De acuerdo con su relato, el narcotráfico en La Mosquitia es tan poderoso que no solo controla a los políticos y a las autoridades, sino que también maneja a las organizaciones civiles misquitas.
Algunos dirigentes ahora trabajan para los capos de la zona, cobran por el uso de narcopistas y además, utilizando el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), les otorgan documentos de propiedad, de miles de hectáreas de bosque a los narcos.
“Aquí quienes mandan son los narcos y al Estado eso no le ha importado”, reflexionó.
Tierra de narcos
De una treintena de reconocidos narcos que operan impunemente en Gracias a Dios, Fagot Máximo se convierte en el primer misquito traficante de drogas capturado por las autoridades hondureñas con fines de extradición.
De esta manera el brazo de la justicia estadounidense se acerca a esta remota zona, para hacer lo que las autoridades hondureñas no pudieron en muchos años, ya sea por confabulación, indiferencia o miedo.
La confabulación de ciertos militares y policías con los traficantes de La Mosquitia es un hecho ya documentado por los agentes de la oficina de la Administración para el Control de Drogas (DEA), que son a los únicos a quienes le tienen un poco de temor los narcos hondureños.
La inmensa y bella Mosquitia no solo es deshonrada por los narcos, sino que su exquisita vegetación está siendo destruida por los traficantes de drogas, quienes tumban extensiones de bosque para establecer sus haciendas y para construir pistas clandestinas.
La queja de los pobladores del sector es que aquí la burocracia estatal, destinada a la conservación de los bosques, ha permitido la enorme destrucción que ahora es una amenaza para la Biósfera del Río Plátano, considerada patrimonio de la humanidad.
En esta zona lejana, además de políticos reconocidos traficantes de estupefacientes, también se mencionan bandas conformadas por familias como los Peña, los Arrechavala, la banda de Tano, la de los Grillos, así como nombre y apellido de personas involucradas en esta actividad ilícita.
Así que el extraditable Fagot Máximo tendrá mucho que contarle próximamente a las autoridades antidrogas de Estados Unidos. Su relación con políticos y militares de la Fuerza Naval es clave para cerrar el círculo de las investigaciones abiertas a personajes de la élite política y militar.
Lenta captura de extraditables llama la atenciónDebido a la lentitud con que la Policía está capturando a los hondureños pedidos en extradición, pasarán muchos décadas para que una treintena de ellos terminen de pasar por los estrados de las cortes federales.
Ante la justicia norteamericana, los hondureños extraditados buscan salvar duras penas quemando a sus socios, logrando así obtener la indulgencia de los implacables agentes antidrogas, fiscales y jueces.
En abril de 2017, el presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rolando Argueta, informó que había 33 órdenes de captura que la Policía no ha ejecutado.
En este entonces explicó que le correspondía a la Secretaría de Seguridad, a través de la Policía Nacional o ya sea por Fusina, realizar las capturas y luego presentar los extraditables ante los jueces que llevan los casos.
A comienzos de agosto de este año, relaciones públicas de la Corte Suprema de Justicia anunció que había otras tres solicitudes de extradición y que estaban en proceso de nombrarse a los jueces que conocerían los casos. Así que la cuenta suma ya a 36 órdenes de captura.
Sin embargo, entre abril y agosto de este año, la Policía solo ha detenido a cuatro: Jairo Alí Arias Mejía, Noé Montes Bobadilla, Sergio Neftalí Mejía y Arnulfo Fagot Máximo.
Mientras las autoridades policiales actúan lentamente, la lista de solicitudes de extraditables y las órdenes de captura aumentan.
Entre las capturas que hace tiempo están engavetadas está la de José Reynerio Valle Valle, Gerson Stanley Ortega Valle, Alejandro Montes Bobadilla, Juan Carlos Montes Bobadilla y Erlinda Ramos Bobadilla, dijo una fuente antidrogas.
Todos ellos forman parte del grupo de traficantes de droga -señalados así por las autoridades estadounidenses- que operaron y operan en el litoral atlántico y sector occidental del país.
Luego de la aprobación de la extradición en 2013 y los golpes dados a los cabecillas del tráfico de drogas en el 2014, el imperio del narcotráfico comenzó a derrumbarse por un lado y a reestructurarse por otro.