Honduras

Históricas batallas de Morazán: Una batalla cuerpo a cuerpo y un santo que aún tiene la bala

Perulapán La mañana del 25 de septiembre de 1839 el pueblo vivió momentos de terror al presenciar una batalla que dejó 175 muertos y 48 heridos. Morazán solo contaba con 500 hombres contra 2,000 del enemigo

12.09.2018

SAN PEDRO PERULAPÁN, EL SALVADOR. -Al fondo de la iglesia católica de esta ciudad, sobre un atractivo y adornado altar, se levanta imponente y con influencia fervorosa la imagen de San Pedro, pero a diferencia de otras, esta posee una característica: tiene una bala incrustada en el pecho.

El patrono de San Pedro Perulapán aún esconde, debajo de su vestimenta religiosa, el plomo que recibió en la cruenta batalla que libró Francisco Morazán con el general Francisco Ferrera, que se había tomado el pueblo y el templo.

San Pedro, el primer papa de la Iglesia, aparece en el sagrado sitio con las llaves del Reino de los Cielos que le dio Jesús y a su lado la imagen de Santa Francisca Romana, copatrona de la parroquia.

El templo suele ser visitado por turistas, académicos, estudiantes e historiadores interesados en conocer la perforación y los testimonios que se han trasmitido de generación en generación.

La comitiva de EL HERALDO no daba crédito a la confesión de los moradores de esta ciudad distante, a media hora de San Salvador, pues es inconcebible que el santo patrono haya sufrido las consecuencias de una guerra y que los feligreses de aquellos tiempos, y sus posteriores generaciones, se hayan negado a extraer la bala de arcabuz.

Quizás lo hicieron para conservar para la historia una huella imborrable y que esta quedara como testigo mudo de aquellos duros combates que se libraron la mañana del 25 de septiembre de 1839.

Ferrera, con dos mil hombres, se tomó la ciudad y la iglesia en septiembre de 1839 mientras Morazán se encontraba en San Salvador, desde donde se dejó venir al mando de 500 hombres.

Se parapetó en el pueblo de San Martín donde, como jefe Estado que era de El Salvador, “al instante dio orden de que en San Pedro todos los estancos estuviesen a la orden del enemigo, que pronto se embriagó”, cuenta su biógrafo Eduardo Martínez López.

EL HERALDO recogió testimonios que se han transmitido de generación en generación. “Una fuente le fue a decir a Morazán que esta parte (el cerro Campanario) estaba descuidada, y viendo que esta posición era apta para poder combatir no dudó en apostarse aquí”, relató el director de la Casa de la Cultura, José Martín Beltrán.

“Se dice que Morazán al ver que el ejército de Ferrera era superior tomó la decisión de hacer un desfile alrededor del cerro para que el enemigo viera que era un gran ejército, (pero) era una táctica de psicología de guerra”, añadió.

Hay otra versión que recoge el biógrafo Martínez López. “Una guerrilla (de Morazán) atacó con tal ímpetu el cerrito del campanario, defendido por el enemigo, que bien pronto lo desalojó de ahí; pero cargaron nuevamente estos con fuerzas superiores y lo recuperaron. Viendo Morazán que cedían de su lado; avanzó él en persona con tropas descansadas, arrojando a los adversarios del campanario, que retrocedieron hasta la iglesia”.

Inicia la batalla
A las 5:30 de la mañana del 25 de septiembre el héroe mártir dio la orden de ataque que se desarrolló en las calles principales del pueblo y en el interior de la iglesia ocupada por el enemigo. “Morazán ordenó al coronel Rivas que con una compañía reforzara a los dragones, que ya estaban habiéndoselas con el grueso del enemigo. Los coroneles Cordero, Ciero y otros marcharon por una pendiente que va a perderse al lugar que servía de teatro del combate, avanzando Morazán con el cuerpo de reserva”.

¿Quién disparó a la imagen?
“Morazán”, dice su biógrafo Martínez López, “envió parte de las tropas con que peleaba, que atacara al enemigo por la retaguardia (de la iglesia), haciéndose el juego general y reñido por ambas partes, que peleaban con igual denuedo, y estrecharon tanto el fuego los salvadoreños (morazanistas) que en algunos puntos los combatientes, ¡ya no hacían uso más que de la bayoneta y de la culata!”.

Agrega: “Hubo momentos en que los salvadoreños dudaron del triunfo, pero la voz de Morazán que se oía en toda la línea, porque en todas partes aparecía como hijo de Marte, daba aliento a los combatientes”.

Fue en estos momentos de fieros combates, algunos cuerpo a cuerpo, cuando salió tiroteado San Pedro Apóstol, que estaba en el extremo de la iglesia.

Varias son las versiones sobre el origen de este hecho. “Se dice que un soldado de Ferrera entró a la iglesia y con mucho sigilo vio que el santo patrono estaba apostado y creyendo que era un soldado enemigo del ejército de Morazán, le dio un balazo en el corazón con un arcabuz”, dijo a EL HERALDO el director de la Casa de la Cultura, entrevistado en su oficina.

El padre Ricardo Arcega, cura párroco de la iglesia, afirmó, por su parte, que ha escuchado varias versiones de sus feligreses. “Algunas hablan de profanación y otras de una respuesta de ira hacia la batalla, otros hablan de una respuesta de miedo, también he escuchado que un soldado se asustó viendo la imagen y le disparó pensando que era el enemigo”.

La batalla de San Pedro Perulapán, que duró dos horas, fue cruenta y dejó como resultado 175 muertos y 48 heridos, entre ellos el caudillo invasor Ferrera que salió huyendo hacia Honduras, según el historiador Lorenzo Montúfar.

Foto: El Heraldo

En la actualidad la imagen del santo aún tiene la bala en el pecho.