Según conoció EL HERALDO, el féretro que traslada el cuerpo del narco vinculado a Tony Hernández, hermano del presidente hondureño Juan Orlando Hernández, pasará por la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), donde ella está recluida.
Los restos mortales de Magdaleno Meza o Nery López Sanabria fueron retirados de la morgue del Ministerio Público el 28 de octubre en horas de la tarde. Este martes será llevado hasta la aldea Las Flores, en Santa Rosa de Copán, Copán, donde viven algunos de sus familiares.
Solicitud de traslado
La esposa de Magadaleno, que permanece recluida en PNFAS desde junio de 2018 cuando fue detenida junto a su pareja, solicitó protección y su pronto traslado a otro centro penitenciario, confirmó Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh).Vea aquí: ¿Quiénes son los reos que asesinaron a Magdaleno Meza en El Pozo l?
'Ella podría ser la próxima victima de quien está tras la muerte de Magdaleno, su vida está en peligro. Se habla de batallones, en CEFAS hay otros lugares específicos donde se le podrían dar medidas de seguridad que le han sido negadas', añadió el titular del Codeh.
En septiembre de 2018 trascendió que con una carta de libertad falsa pretendieron liberar a la esposa del narco que en el 2015 se hizo pasar por muerto para evadir a las autoridades.
La acción ilegal fue detectada por las autoridades, por lo que las personas que la quisieron liberar no lograron su objetivo, pero tampoco fueron capturados.
Dos intentos de asesinato
Según las primeras indagaciones a las que tuvo acceso EL HERALDO muestran que el mismo sábado que fue asesinado Magdaleno hubo dos intentos antes para quitarle la vida, pero que fracasaron porque el narco hondureño estuvo acompañado de otros reos que le brindaban seguridad.La fuente de entero crédito detalló que la primera de las pretensiones se dio al nomás levantarse, pero en ese momento Magdaleno estaba resguardado por sus amigos.
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Un segundo tanteo se produjo sólo unas horas antes del tercer asalto, pero en el lugar donde se pretendió ultimarlo había un número considerable de agentes penitenciarios, por lo que nuevamente fue abortado.
Los antisociales esperaron el instante en que su objetivo estaba desprotegido, sólo en compañía del colombiano Fermín Alberto García Isaza y de cuatro celadores de “El Pozo”, para arremeter a disparos y puñaladas.
Según Medicina Forense, Meza presentaba 20 disparos de bala y 21 puñaladas en la cabeza, espalda y extremidades inferiores.