TEGUCIGALPA, HONDURAS.- ¿Sabía usted que los fluidos expulsados en un estornudo de una persona salen a una velocidad promedio de 145 kilómetros por hora y son capaces de infectar a grupos si esta padece de Covid-19?
Según los expertos, esta ha sido una de las formas en las que más de un millón de personas en todo el mundo se han infectado con la enfermedad.
Sin embargo, hay otras maneras en que los seres humanos podemos contagiarnos. Por ejemplo, toser cerca de la cara de los más próximos o en superficies que los demás pudieran tocar. Pero más sorprendente aún, según lo explica el infectólogo Tito Alvarado, es mediante la respiración.
“El que está expulsando los virus es el ser humano infectado, no hay para donde, al estornudar y toser infecta a otros seres humanos y superficies; el problema es cómo detectar la cadena”, dice el experto.
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Es por ello que la única medida para cortar ese enlace de contagios es el aislamiento social, tal y como lo han adoptado más de 184 países en el mundo.
“Hay muchos pacientes que no tienen síntomas, que andan deambulando y que pueden estar transmitiendo la enfermedad, no sólo basta con el estornudo o la tos, sino que también con la respiración o con estar hablando cerca de alguien se puede transmitir”, asegura Alvarado. El galeno reiteró que “con sólo hablar está expeliendo gotitas infectantes y al respirar profundo también está expeliendo gotitas, por eso es importante usar mascarillas”.
En el inicio de la pandemia se tuvo la teoría de que sólo al estornudar o toser frente a las personas o en superficies se contagiaba la enfermedad, pero se ha demostrado que con sólo el hecho de respirar frente a otra persona hay riesgo de contagio, aunque en menor probabilidad que un estornudo.
Otro de los riesgos inminentes y que fue determinante en otros países para que se diera la propagación es la asistencia a velatorios de personas que han fallecido por Covid-19.
“Una vez que la persona muere, el cadáver de por sí no le va a transmitir la enfermedad, si hay velatorio se reúnen los familiares y amigos del paciente, que a lo mejor están infectados y van a propagar más la infección”, explica.
Una vez que las personas fallecen se deberá envolver con la indumentaria recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cuerpo e irlo a sepultar lo más pronto posible.
El doctor Alvarado detalló que “una vez que lo entierran no hay ninguna posibilidad de transmitir nada, pero hay una pequeña excepción”.
Si la persona con Covid-19 murió en una terapia intensiva, donde hay escánulas, sondas urinarias y traqueales; esas cosas no hay que intentar sacarlas, tienen que quedarse con el cadáver, porque al sacarlas puede provocar aerosoles en el ambiente cerrado en el que el paciente falleció y contaminar a más personas, asegura.
“En Vitoria-Gasteiz, la capital del País Vasco, los primeros casos índices fueron en un velorio, claro, en el velorio habían bastantes parientes que estuvieron en vida con el paciente y eso provocó la hecatombe en el País Vasco”, recuerda el infectólogo