Honduras

Ingrid Hsing, embajadora de Taiwán: 'Ahora me considero más catracha que taiwanesa”

La embajadora saliente de la República de China-Taiwán culmina en Honduras su carrera diplomática de más de cuatro décadas y se va con sentimientos encontrados del país al que sirvió con empeño

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05.09.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Su mirada estaba fija sin parpadear, portando una mascarilla blanca que reflejaba el amor por el lugar que la vio nacer y la nación que fue su hogar por casi tres años.

Ella no pudo esconder la emotividad para reconocer con voz firme y clara que ahora se siente más catracha que taiwanesa. No solo fue la riqueza cultural, el ambiente o la gastronomía que fascinó a la embajadora de la República de China-Taiwán, Ingrid Hsing, durante su estadía en Honduras, la generosidad, la hospitalidad al igual que la simpatía de su gente, sin importar cuáles sean sus adversidades, le marcó su vida en el ocaso de una carrera diplomática que supera ya las cuatro décadas.

Para inicios de 2019, cuando la delegada de la isla situada en Asia oriental llevaba un año y dos meses de gestión en el territorio nacional, manifestó a EL HERALDO que se consideraba más latina, sin embargo, eso cambió y aseguró que “soy ahora más catracha que taiwanesa, me encanta”.

“Creo que al llegar a mi país, a mi tierra Taiwán no me acostumbraré porque allá el clima, mucha gente, mucho carro, es un ambiente muy agitado, no como aquí que es tranquilo y por eso necesito tiempo para acostumbrarme”, admitió.

En lugar de quedarse en su residencia o en la propia embajada para evitar exponer su salud, Hsing ha sido de las pocas diplomáticas en el país que en plena pandemia del covid-19 y en nombre de la nación amiga hizo donativos presenciales de insumos de bioseguridad así como otras ayudas al gobierno valoradas en 2.5 millones de dólares para el combate contra esta enfermedad.

El reloj marcaba las 2:35 PM cuando la diplomática llegó al salón consular de la representación de Taiwán en la capital.

Con sus manos e inclinando su cabeza saludó y, aunque el cubrebocas no dejaba visible una parte de su rostro, es casi seguro que gesticuló una sonrisa.

De inmediato ocupó su lugar y manteniendo una distancia prudente le concedió la última entrevista a este rotativo a pocas horas de partir a su terruño para reencontrarse con su familia, a la que en adelante dedicará más tiempo.

Entre risas y la franqueza que la caracteriza, Hsing aseguró que volverá a visitar Honduras en un futuro cercano y no dudó en contestar a EL HERALDO cada pregunta formulada, sin hacer a un lado su peculiar estilo.

¿Qué es lo que más le impresionó de la cultura catracha y sus tradiciones?

La verdad es como yo llevo tantos años trabajando y viviendo en ese mundo latino, yo ya estoy acostumbrada a ese ambiente y para mí me impresionó que la gente catracha, aunque lleva un nivel de vida no tan elevado, pero puede sentir la generosidad y hospitalidad que cada uno le presenta cuando físicamente se están saludando o encontrándose. Eso es una experiencia para mí que nunca jamás voy a olvidar y yo creo que es el mayor de ese carisma que he sentido ante ese lapso de tiempo de mi trabajo en Centroamérica. En general, siento que en Honduras un porcentaje casi total de la gente mostró su simpatía, no tiene que ver si estoy ofreciendo o haciendo algo a favor de ellos, es un sentimiento que se siente cuando está frente a frente, ojo a ojo.

En sus giras por las áreas rurales así como urbanas, ¿cuál fue el lugar que más le gustó del territorio nacional y por qué razón?

Como yo crecí en un ambiente muy campesino entonces a mí me fascina más la naturaleza y pues también lo cultural porque ustedes cuentan con el maravilloso sitio de las Ruinas de Copán que me impresionó mucho. Antes de venir aquí yo estuve una vez visitándolo, pero al estar aquí durante tres años he ido varias veces disfrutando mucho y creo que ustedes cuentan con una riqueza cultural que hasta hoy en día pueden apreciar, compartir, presentar a los demás pueblos. He ido a muchos municipios lejanos y ustedes saben cómo destacar cada uno por su estilo. Cada lugar puso su nombre muy artístico y los visitantes o turistas pueden tomar fotos y es una forma de promoción muy inteligente.

¿Cómo califica a los hondureños y el trato que recibió, sobre todo de los niños?

En general los hondureños son muy simpáticos y aunque no cuentan con riquezas o tal vez son pobres, pero uno se siente que quieren darle lo que ellos disponen para que uno sienta como si fuera su amigo o hasta su familia. Ese sentimiento cada vez me toca el corazón, me gusta porque es de verdad, de corazón. Los niños para mí son como si fueran mis nietos, siempre me abrazan con tanto carisma y me siento emocionada. Me encanta siempre estar rodeada por los niños porque no saben maquillar sus emociones y sentimientos.

¿Qué es lo que va a extrañar más de Honduras y de su gente?

Tendré mucho añoro no solamente por la amistad, si no también por ese paisaje, ese ambiente libre para vivir muy cómodamente. Nunca jamás olvidaré ese ambiente libre, agradable y el clima de aquí. No puedo decir de otros lugares porque solo fui de visita y aquí en la capital he vivido casi tres años y me encanta; el tiempo es seco y no con humedad, aunque sí hace calor, pero no tanto que uno sufre.

¿Cuál es su comida y bebida catracha favorita?

Me encanta la sopa de gallina india, hay entre otras cosas las tortillas especialmente artesanales, no las de fábrica, sino las que hacen en su casa, a mano. Y de las bebidas el Yuscarán, es algo gracioso porque cuando yo invito a los hondureños ofrecemos nuestro propio licor que se llama Kaoliang, que tiene 58 grados de alcohol y está hecho de sorgo y casi toda la gente se fascina por eso.

Un fin de semana aproveché con mi esposo, buscamos en el mapa y llegamos hasta la fábrica y estaba cerrado, toque la puerta y les explique que era la embajadora de China-Taiwán y me dejaron entrar, solo que no me permitieron probar la bebida, solo podía ver. Fue una maravillosa experiencia. Yo solo pruebo, no acostumbro tomar tanto.

¿Le gustó bailar punta?

Me gusta bailar, yo tengo ese movimiento, la facilidad de aprender e imitar, pero para mí es un poco difícil porque ese movimiento lo hace difícil, pero para ustedes es fácil, pero en fin, la música latina me mueve. Yo siempre cuando escucho la música en una reunión, en una fiesta, me lanzo de los primeros porque para mí me anima el moverme al escuchar la música latina. No tengo vergüenza; si me invitan, bailo, no me siento avergonzada, tal vez por mi carácter y mi edad no tengo miedo a disfrutarlo.

¿Qué la motivó para que en plena pandemia del covid-19 en este país continuara con su labor activa de donación de insumos de bioseguridad y otras ayudas al gobierno de parte de Taiwán?

Además de los proyectos bilaterales que año a año estamos ejecutando con el gobierno central, justo en ese momento difícil confrontando esa desagradable enfermedad del covid-19, nuestro gobierno ha tratado de ofrecer el mayor apoyo que pueda con muchos insumos médicos, equipo, maquinaria para los hospitales sumando más de 2.5 millones de dólares. Próximamente estamos recibiendo más mascarillas que hemos donado más de dos millones; como esta pandemia no nos deja en paz, nuestro gobierno va a usar todo su esfuerzo para ayudar al máximo a nuestros amigos.

¿Cuáles son los principales proyectos que desarrolló su gobierno durante su gestión en Honduras?

Creo que los proyectos de salud porque hay algunos rubros que son muy enfocados en proyectos para capacitar mejor los servicios de los hospitales y también los de educación. Otro rubro importante para ayudar a nuestros amigos a que se levanten, se luche y se tenga éxito y en eso incluye nuestras becas que año a año estamos ofreciéndolas a los jóvenes que tienen ese entusiasmo y mentalidad de estudiar en Taiwán; ofrecemos capacitaciones, cursos de corto tiempo de dos a tres semanas, todo eso son cosas que me parecen muy esenciales, importantes. También la cooperación técnica porque nuestra misión ha trabajado durante décadas con sus técnicos profesionales para desarrollar diferentes proyectos y eso creo que está ayudando a los pueblos, a los agricultores y acuicultores.

¿Cómo califica en este momento las relaciones de Honduras con Taiwán, las ve sólidas y duraderas?

Sí, exactamente, no puedo decir que es un logro mío, es a través de un largo tiempo entre los dos lados, mis asesores también los gobiernos de Honduras que siempre han manifestado su confianza en nosotros y la cooperación bilateral que cada vez se consolida más y todo eso ayuda. Su gobierno nos apoya siempre y cuando lo pedimos, especialmente en el tema de la participación en las diferentes organizaciones como la ONU, OMS y de la OACI.

¿Siente el apoyo del pueblo y gobierno de Honduras hacia la lucha de Taiwán?

Sí, siempre cada año confrontamos este desafío y creemos que nuestra delegación pueda ser invitada por los diferentes organismos funcionales, no solo para la presencia, se trata de temas críticos para la seguridad global de los seres humanos.

¿Le faltó algún proyecto por realizar?

Sí, todavía hay más y más, pero mis asesores seguramente van a seguir, lo más importante es que mis colegas siguen trabajando en la embajada, entonces van a seguir lo que estamos haciendo y van a seguir adelantando y ampliando aún más.

¿Cuál es el mejor consejo que le podría dar a los hondureños para que puedan salir adelante cuando pase esta pandemia?

Nadie sabe hasta cuándo va a terminar esta pandemia, mientras tanto tenemos que trabajar juntos, sin siempre culpar unos a otros. Lo más importante es una cooperación, una confianza que ayude a unos y a otros para aprovechar mejor los recursos de salud para ayudar a todo el mundo. Después de esta etapa yo creo que Honduras tiene que enfrentar mayores desafíos porque la economía ya se ha afectado y todo eso del desarrollo del país y hay mucho que analizar. Eso requiere un trabajo conjunto de diferentes sectores, no solamente el sector gubernamental, sino también el sector cívico y privado.

¿Continuará con su carrera diplomática de más de cuatro décadas?, ¿ya sabe cuál será la nación dónde será asignada?

Sí, yo sé, estaré asignada a mi casa porque ya me jubilo. Justamente es la razón principal de renunciar de mi trabajo es que por más de cuatro décadas he estado en la carrera diplomática y el mayor tiempo estoy lejos de mi familia y ya soy adulto mayor, tengo que disponer de un tiempo libre para acompañar a mi familia, especialmente el caso de mi papá, que ya es muy viejo y yo quiero acompañarlo para que me vea con frecuencia, si no me puede olvidar. Ese sentimiento de unirme con mi familia es lo más importante.