TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Según el presidente de la Conferencia Episcopal, Ángel Garachana, la planificación para el próximo año debe contar con el concurso de todos donde el gobierno debe llevar la voz cantante. El obispo de San Pedro Sula aspira a una propuesta integral, realista, pensando en un sistema de salud incluyente que garantice el beneficio de todos, especialmente los más pobres. El líder religioso habló con EL HERALDO y estas son sus reflexiones.
¿Qué debemos hacer todos: gobierno, población y sectores organizados para tener un mejor año?
Una primera actitud para el nuevo año es ser muy realistas y tomar como punto de partida de cualquier cambio la realidad concreta de Honduras, su realidad social, de educación y la del campo. No hay que evadir la realidad ni falsificarla porque cualquier progreso y desarrollo tiene que ser a partir de la realidad, con todas las fuerzas positivas. Ese realismo que no tapa, que no oculta la realidad deficiente, pero que confía en los valores positivos para mí es el punto de partida. Hay que mirar hacia adelante pero con una meta formulada. Toda la mirada de 2021, todo el proceso de reconstrucción de Honduras ha de señalar con claridad un horizonte, una meta.
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A partir de lo que hemos vivido, ¿cuáles son las lecciones aprendidas que debemos considerar para el año venidero?
La experiencia ha de ser como la madre del aprendizaje, la madre de la sabiduría aunque cada uno según su experiencia saca diversas lecciones. Yo me atrevo a señalar algunas: en primer lugar la importancia del cuidado que hemos de tener de la naturaleza, de la casa común en que Dios nos ha colocado. Los que analizan estas realidades, tanto la pandemia como los huracanes, insisten en que los efectos tan dañinos que están teniendo se debe en gran medida a que se ha deteriorado como roto la verdadera relación de las personas con la naturaleza. El daño en el valle de Sula se debe a la falta de una orientación de todos los ríos con represas. El cuidado de la creación es una enseñanza que no podemos olvidar porque si seguimos deteriorando el ambiente las consecuencias serán cada vez peores.
¿O sea, señor obispo, que debe haber una mejor planificación para encarar los futuros huracanes?
Si no se ha partido de un estudio científico y de un proyecto diseñado por las personas competentes, convertido en una opción de gobierno, dentro de equis año volverá a ocurrir lo mismo. Desde el Mitch ya se hablaba de cuidar los bosques en el occidente, se hablaba de las represas pero nunca fue una opción política. Nunca se hizo nada. Para que no vuelva a ocurrir lo mismo en todo este fértil valle de Sula es necesario un proyecto que afronte de raíz el problema y ofrezca soluciones técnicas profesionales que garanticen el futuro dentro también de las limitaciones humanas.
Y en materia de salud, ¿qué tipo de programación deben hacer las autoridades para este nuevo año?
La pandemia ha puesto de manifiesto lo que ya sabíamos, la gran fragilidad de nuestro sistema de salud, el nuestro no ofrece un sistema de calidad de salud básica a la ciudadanía hondureña. Si seguimos con el mismo estilo, con la misma política sanitaria que hemos tenido hasta ahora las consecuencias serán las mismas o peores. De ahí que a partir de la experiencia que nos deja la pandemia, el gobierno con el Colegio Médico tiene que diseñar con gran realismo pero con gran audacia un sistema de salud que beneficie a todos los hondureños.
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