El proyecto de Ciudades Modelo puede significar un empobrecimiento para Honduras, según una publicación del diario digital español rtve.es, con fecha de este sábado.
Aunque las autoridades hondureñas pretenden impulsar el crecimiento del país con estas Regiones Especiales de Desarrollo (RED), un urbanista español citado por rtve.es considera lo contrario, ya que a su juicio 'Puede significar un empobrecimiento
para estos estados, porque la actividad se retrae en el resto del país'.
La publicación compara también las Ciudades Modelo con el proyecto Eurovegas, un lugar orientado al juego y que ha generado mucha atención en el Viejo Mundo.
Mientras que desde el punto de vista ambiental, el proyecto de Ciudades Modelo es considerado 'agresivo' ya que estas regiones tienen 'grandes requerimientos energéticos', opinó otro de los personajes entrevistados.
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Las 'ciudades modelo' de Honduras, entre Hong Kong y Eurovegas
El gobierno hondureño y a la cabeza su presidente, Porfirio Lobo, parecen dispuestos a lanzarse a un nuevo experimento para atraer inversiones a su país.
Se trata nada menos que de 'ciudades modelo': metrópolis privadas, creadas desde cero, con personalidad jurídica y administración propias y con grandes niveles de autonomía, regidas por normas internas. Tendrían su propia policía y sistema judicial. Las expectativas más halagüeñas son que puedan crear, cada una, 200.000 nuevos empleos en 5 años.
El gobierno hondureño pone como ejemplo a Singapur, Hong Kong o Macao, metrópolis que se han convertido en centros financieros y de servicios. Urbanistas españoles lo comparan con Eurovegas, aunque orientado a la producción, en lugar de al ocio.
Oficialmente, el proyecto se denomina Regiones Especiales de Desarrollo (RED) y data de 2011, cuando fue aprobado por 126 de los 128 diputados del Legislativo y supuso la modificación de dos artículos constitucionales.
El pasado 4 de septiembre, el presidente de la Comisión para la Promoción de Alianzas Público Privadas (Coalianza, un organismo público), Carlos Pineda, firmó un convenio de entendimiento con Michael Strong, representante del Grupo NKG, supuestamente un consorcio empresarial interesado en la promoción de estas 'ciudades privadas'.
Amplia autonomía
Lobo, que llegó al poder en unas elecciones tras el golpe militar que destituyó a Manuel Zelaya en 2009, explicó que las nuevas metrópolis, situadas en la costa, tendrían una extensión de 1.000 kilómetros cuadrados (en comparación, Madrid ocupa algo más de 600) y se regirían por 'reglas especiales' para permitir 'que la inversión fluya sin ninguna restricción y haya confianza'.
El proyecto fue saludado, entre otros, por The Economist, que llegaba al extremo de sugerir que tales ciudades podrían llegar a tener su propia moneda y la democracia sería introducida 'gradualmente'. Corea del Sur dio dinero para el estudio del proyecto, según la prensa local.
Sin embargo, un vistazo a la página web del Congreso hondureño permite apreciar que las pretensiones iniciales se han moderado: los terrenos pertenecerán al estado, que los cederá en régimen de arrendamiento; la moneda será la divisa nacional, el lempira; las leyes penales serán las mismas que rigen en todo el país y el 90% de los empleados deberán ser hondureños.
'Honduras mantiene soberanía total e ininterrumpida sobre todo el territorio nacional, sea ciudad modelo o no', se insiste en la información facilitada por la Cámara.
Aún así, a Lobo le han llovido las acusaciones de 'traición a la patria'. El término 'república bananera', que se aplicó a Honduras cuando su economía estaba contralada por empresas fruteras estadounidenses, ha vuelto a sonar en el país.
El analista político Raúl Pineda, en declaraciones a Efe, ha calificado estas ciudades de 'estado pequeño, pero más fuerte que el propio Estado nacional'.
El partido de Zelaya, Libertad y Refundación, habla de 'abominación a la patria', mientras el Comisionado de los Derechos Humanos cree que 'si se quiere tener un país desarrollado debe ser todo el país, no zonas privilegiadas'.
El relator especial de las Naciones Unidas para la promoción y la protección del derecho a la libertad de expresión y de opinión, Frank La Rue, que visitó el país en agosto, advirtió que estas ciudades eran 'una violación (...) a la garantía de respeto, promoción y protección de los Derechos Humanos que tiene el Estado con la población en su territorio'.
La prensa hondureña, además, duda que detrás de las firmas solemnes y de los 'expertos' extranjeros se encuentre una financiación real. Según revela el periódico hondureño El Heraldo, que se queja de no haber tenido acceso al acuerdo de entendimiento, no está claro que la inversión esté comprometida.
Oposición de la minoría garífuna
Mención aparte merece la situación de la etnia garifuna, descendientes de esclavos africanos e indios caribes. 'La ciudad implica la desaparición de 24 comunidades garifunas, que son nuestro santuario cultural. Las especulaciones territoriales se han incrementado a partir del golpe de estado del año 2009', explica, por correo electrónico, Miariam Miranda, coordinador general de OFRANEH, la organización que representa a esta etnia.
OFRANEH, ha presentado un recurso de inconstitucionalidad (en total se han presentado 17 de estos recursos) y acusa al Gobierno de 'subastar franjas del territorio nacional al capital extranjero'.
Los garifunas tampoco creen que el proyecto solucione el desempleo. 'Es factible que se den algunas inclusiones como mano de obra barata para la construcción de la infraestructura' - explica Miranda - 'Tomando en cuenta la propaganda que se ha venido dando, las RED necesitarán personal cualificado, ya que no es precisamente un parque industrial. Se habla de nanotecnología y biotecnología entre otras [industrias], además de una población fluida en inglés'.
Una 'nueva solución' para el crecimiento
Con el 60% de su población por debajo del umbral de la pobreza y la tasa de homicidios más alta del mundo (91.6 por cada 100.000 habitantes en 2010, según la Oficina de la ONU sobre las Drogas y el Crimen), la perspectiva de una vía rápida para alcanzar la prosperidad es tentadora.
La idea proviene de Paul Romer, profesor en la Escuela de Negocios Stern en la Universidad de Nueva York, que aboga por estas ciudades como 'islas' de crecimiento rápido dentro de los países en vías de desarrollo. Llama a su propuesta 'charter cities'.
Para Romer, tan importantes como los recursos o la tecnologías para el crecimiento son las reglas: países más desarrollados tienen, según esta interpretación, 'mejores reglas', que deben ser exportadas a los países que quieren crecer. Sin embargo, los intereses locales, las costumbres y los procedimientos políticos de cada país impiden esta 'exportación' de reglas.
Adoptarlas en una ciudad, sin embargo, es más fácil, según explica en varias conferencias grabadas en vídeo. Los ciudadanos del país 'huésped' no tendrían que emigrar para buscar trabajo: solo solicitar la entrada en estas 'zonas especiales', similares a las que China alberga en su territorio, y cumplir sus normas.
El estadounidense cree que estas urbes pueden crecer en 'zonas deshabitadas' con suficiente tamaño y bajo la supervisión de otros países, que actúan como garantes.
Romer llegó a ser propuesto como director de un Consejo de Transparencia que debía supervisar la iniciativa hondureña, pero finalmente se ha desvinculado de la misma, según explica en su blog.
Su lugar ha sido ocupado por el citado Michael Strong, que firmó por parte de la empresa NKG. Strong, que se presenta a sí mismo como un 'liberal', participa en un grupo denominado FLOW que declara como su objetivo promover el 'libre flujo de bienes, capitales, personas e información'.
'Eurovegas no es tan diferente'
La idea de Romer es poco conocida en España, donde los urbanistas consultados, sin embargo, establecen un paralelismo con un proyecto que ha concitado mucha atención: Eurovegas.
'Eurovegas no es tan diferente. Una fiscalidad especial, una legislación especial, es una especie de enclave en un territorio', asegura, en declaraciones a RTVE.es, Ramón López de Lucio, catedrático de Planeamiento Urbanístico en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
López, que ha estudiado las gated communities estadounidenses (urbanizaciones residenciales cerradas, con seguridad propia, reservadas para los ricos), cree que la 'ciudad modelo' no puede ser una comunidad abierta, porque en caso contrario 'podría ser un lugar muy apetecible para inmigrantes pobres'.
'Se intentará atraer a residentes de alto poder de compra y a empresas del sector terciario. Son paraísos fiscales y laborales, como el que pretende establecer [el magnate Sheldon] Adelson en Madrid. En esencia, se trata de negocios inmobiliarios', añade.
Respecto a sus posibilidades como motor de crecimiento, el urbanista cree que es una mera 'huida hacia adelante'. 'Puede significar un empobrecimiento para estos estados, porque la actividad se retrae en el resto del país', asegura.
Pilar Vega, geógrafa y fundadora de Gea 21, consultora de planeamiento y movilidad, coincide en comparar las Regiones Especiales de Honduras con un Eurovegas orientado a los negocios o la industria, en lugar de al juego.
Además, destaca que el proyecto es 'agresivo' desde el punto de vista medioambiental porque estas ciudades tienen 'grandes requerimientos energéticos'.
'Es un modelo enmarcado en la globalización, que está en crisis, debido principalmente al agotamiento de la energía barata', explica Vega. Por ello, la teoría de Romer 'está ya pasada de moda', asegura.
Detrás de la operación hondureña, Vega ve un intento de explotar los recursos naturales y humanos de un país pobre. 'Esta 'economía del crecimiento' es la misma maquina del siglo XVII, cuando se inició el capitalismo. Es una forma de colonialismo', resume.