CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO.- Para muchas personas esas historias de canibalismo son una completa fantasía propia de la ciencia ficción de películas como las de
Hannibal Lecter, personaje interpretado por el célebre
Anthony Hopkins.
Que existan personas capaces de comerse a otros seres humanos parece algo completamente impensable, sin embargo hace 13 años en la Ciudad de México ocurrió una de estas dantescas historias.
“Soy José Zepeda, nací en 69. Tengo pulmones enfermos, corazón grande, huesos frágiles, nariz profunda. Bebedor de mezcal sin gusano, canoso por herencia, grande de bolsillo y escaso de propiedades... pero rico espiritualmente, sexual desde mi juventud, tardía madurez, admirador de la belleza de la mujer, platónico”, fue la descripción que se hizo de sí mismo en un documento que forma parte del expediente de la procuraduría.
Cuando cumplió 7 años fue violado por un adolescente de 16 que estudiaba en una academia militar, al cual identificó como Tirso, amigo de su hermano mayor Jorge, según contó tras ser arrestado en octubre del 2007.
Sin embargo, al poco tiempo se divorciaron y cuando ella se marchó a los Estados Unidos Unidos cayó en una fuerte depresión.
Para octubre del 2007, elementos de la Policía Federal arribaron a su domicilio para arrestarlo luego de que se le pusiera como el principal sospechoso de la desaparición de su novia, Alejandra Galeana.
Según los medios mexicanos, en la casa fue encontrado un plato con restos humanos sazonados con limón, mientras que Zepeda Calva trató de huir por una ventana hiriéndose de gravedad. ADEMÁS: Mujer se vuelve millonaria tras encontrar vómito de ballena en Tailandia
Dentro del departamento la policía mexicana encontró el cuerpo mutilado de Alejandra Galeana, el cual estaba en un closet, mientras que en el refrigerador se hallaron un sartén con carne humana cocida, un plato con carne frita y cubiertos, huesos humanos dentro de una caja de cereal.
Antes del juicio, Calva Zepeda reconoció haber asesinado a su novia, pero en todo momento rechazó ser un caníbal.
Según los fiscales, el asesinado mutiló el cuerpo de su novia y para deshacerse de él tenía previsto dárselo a los perros de la calle para que se lo comieran.
Psicólogos y psiquiatras lo describían como un hombre carismático, un mentiroso compulsivo que disfrutaba de dominar a las mujeres, y a quienes a veces hacía comprar sus poemas en la calle.
Que existan personas capaces de comerse a otros seres humanos parece algo completamente impensable, sin embargo hace 13 años en la Ciudad de México ocurrió una de estas dantescas historias.
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Todo sucedió en la colonia Guerrero de la capital mexicana, en donde José Luis Calva Zepeda, un autoproclamado escritor, dramaturgo y poeta mexicano, fue identificado como presunto asesino serial y caníbal.
Calva Zepeda fue acusado entonces de haber asesinado a su novia y además de eso proceder a comérsela.
Incluso, el propio escritor confesó previo al juicio que había asesinado a la fémina, sin embargo no reveló que la consumió.
Además del espantoso crimen, Calva Zepeda era el sospechoso de haber cometido otros ocho homicidios, según indicó la cadena CNN.
Infancia turbulenta
Nacido el 20 de junio de 1969, José Luis Calva Zepeda vivió una infancia traumática, pues su padre murió cuando apenas tenía dos años de edad y su madre, Elia, solía traer a hombres desconocidos a su casa a los cuales debía decirles 'papá'.“Soy José Zepeda, nací en 69. Tengo pulmones enfermos, corazón grande, huesos frágiles, nariz profunda. Bebedor de mezcal sin gusano, canoso por herencia, grande de bolsillo y escaso de propiedades... pero rico espiritualmente, sexual desde mi juventud, tardía madurez, admirador de la belleza de la mujer, platónico”, fue la descripción que se hizo de sí mismo en un documento que forma parte del expediente de la procuraduría.
Cuando cumplió 7 años fue violado por un adolescente de 16 que estudiaba en una academia militar, al cual identificó como Tirso, amigo de su hermano mayor Jorge, según contó tras ser arrestado en octubre del 2007.
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A los 12 años fue expulsado por completo de su casa y desde ese entonces empezó a cuidar coches y tiempo después consiguió una caja para lustrar zapatos y así poder sobrevivir.
De esta manera se convirtió en un niño callejero hasta que unos vecinos le prestaron un cuarto en la azotea de un edificio, en donde podía espiar a su madre y a sus cinco hermanos.
Se casó y se divorció
En 1996 conoció a Aide, a quien le realizó un 'trabajo de sanación'. Esta mujer se convertiría en su esposa y en la madre de sus dos hijas.Sin embargo, al poco tiempo se divorciaron y cuando ella se marchó a los Estados Unidos Unidos cayó en una fuerte depresión.
Para octubre del 2007, elementos de la Policía Federal arribaron a su domicilio para arrestarlo luego de que se le pusiera como el principal sospechoso de la desaparición de su novia, Alejandra Galeana.
Según los medios mexicanos, en la casa fue encontrado un plato con restos humanos sazonados con limón, mientras que Zepeda Calva trató de huir por una ventana hiriéndose de gravedad. ADEMÁS: Mujer se vuelve millonaria tras encontrar vómito de ballena en Tailandia
Dentro del departamento la policía mexicana encontró el cuerpo mutilado de Alejandra Galeana, el cual estaba en un closet, mientras que en el refrigerador se hallaron un sartén con carne humana cocida, un plato con carne frita y cubiertos, huesos humanos dentro de una caja de cereal.
Antes del juicio, Calva Zepeda reconoció haber asesinado a su novia, pero en todo momento rechazó ser un caníbal.
Según los fiscales, el asesinado mutiló el cuerpo de su novia y para deshacerse de él tenía previsto dárselo a los perros de la calle para que se lo comieran.
¿Cómo se ganaba la vida?
El 'poeta caníbal' se ganaba la vida vendiendo su trabajo en las calles de la Ciudad de México. El libro de Calva Zepeda tenía como portada a un hombre parecido a él utilizando una máscara similar a la de Hannibal Lecter.Psicólogos y psiquiatras lo describían como un hombre carismático, un mentiroso compulsivo que disfrutaba de dominar a las mujeres, y a quienes a veces hacía comprar sus poemas en la calle.
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Se presentaba ante sus víctimas como escritor y por eso se le conoce como poeta.