Siempre

Las lectoras

Hemos olvidado la tristeza de la pandemia al escuchar a las niñas lectoras cuya fuerza viene de sí mismas y de sus libros amados

21.04.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Llegamos a un patio donde hay una enredadera llena de flores que parece amarrar el racimo de pequeñas y humildes casas a la montaña de Celaque.

De pronto todo se llena de voces y de risas cuando de las casas sale un grupo de niñas lencas.

Les contamos que buscamos a dos niñas lectoras, ellas muy sonrientes nos responden “Aquí todas las niñas somos lectoras y tenemos libros en nuestras casas, los traemos de la biblioteca Blue Lupin”.

La enredadera se llena de voces cuando ellas comienzan a contar sus historias: “Leer es como comer lo que más nos gusta” dice Kendy.

“Sin libros sería feo estar en la casa en este tiempo de pandemia. Con libros en cambio uno lee y se imagina: ve en la mente los personajes y los lugares” agrega Darcy.

“Cuando íbamos a la escuela prestábamos libros los días lunes, miércoles y viernes, ahora, debido a la pandemia, las maestras vienen una vez por semana y nos prestan dos libros o tres libros. El mayor miedo que tengo es perder el año escolar porque estoy ilusionada con seguir estudiando, aunque soy pobre, tal vez puedo conseguir una beca, tengo 97% de índice académico” comenta Keylin la niña que más libros ha leído en la biblioteca.

La tarde tiene un sabor dulce bajo la enredadera en la que somos testigos del poder y la belleza de la lectura.

Las niñas como un enjambre de abejas entran y salen de sus casas, traen los libros que están leyendo, nos muestran sus Diarios Lectores donde comentan cada libro leído.

Al preguntarles su nombre y cuántos libros han leído, un murmullo hermoso llena la tarde: “soy Keylin he leído trecientos cincuenta y cuatro libros”, “soy Dulce tengo diez años, he leído cuarenta libros”, “me llamo Kendy, tengo trece años, he leído trecientos veinticinco libros”, “yo soy Yolany tengo siete años y he leído cuatro libros”, “mi nombre es María, tengo diez años y he leído ciento cuarenta libros”, “me llamo Darcy, tengo nueve años, he leído treinta libros”.

Paradójicamente en este tiempo de pandemia es cuando más libros se han leído en las Bibliotecas Blue Lupin del proyecto “Leer para empoderar” que implementa Plan International junto a la Dirección Departamental de Educación de Lempira y diez Gobiernos Locales en el que leen 16192 niñas, 16176 niños.

La profesora Sandra nos había contado antes que “cuando inició la pandemia nosotros activamos la estrategia de Bolsito Lector que consiste en préstamo de libros para llevar a casa, diseñamos un protocolo para evitar contagios: en el caso de niñas y niños de preescolar, primero, segundo y tercer grado, no pueden venir por libros solamente vienen sus padres; sin embargo, las niñas y niños de cuarto a noveno grado pueden venir solos. Es obligatorio el uso de mascarilla, además los libros que regresan se ponen en cuarentena por cinco días en un espacio restringido y solo pueden entrar tres personas a la biblioteca, no pueden tocar los libros únicamente el que eligen para llevar. En un año hemos prestado más de tres mil libros”.

Nos despedimos con alegría. Hemos olvidado la tristeza de la pandemia al escuchar a las niñas lectoras cuya fuerza viene de sí mismas y de sus libros amados.

“Es increíble cómo están de empoderadas las niñas con la lectura. Tenemos que contarlo, porque estos testimonios pueden mover al mundo”, me dice con emoción mi compañero Ulises, mientras avanzamos por un sendero hacia la camioneta.

Yo lo veo y le sonrío, extiendo las manos al cielo para sentir una llovizna leve que está cayendo y hace más grande mi felicidad.