Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: A maquillar planillas

A David Chávez lo enviaron a pegar botones y salió sastre. Armó la camisa, el pantalón y les puso traje a los nuevos catrines en el Congreso

28.03.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Y nuestro presagio de “¿Los tres jinetes?” por ahora se cumplió pasadas las “elecciones” primarias.

Llegaron Yani, Xiomara (en el caballo de “Mel”) y “Tito” Asfura (jinete tapado de JOH) para pelear la presidencia de la República el último domingo de noviembre próximo. A afeitar planillas se ha dicho.

Quienes soñaron salir quedaron goleados y deberán “negociar” para no quedar de maleteros.

Para una pila de caídos no hay otra salida que servir de rellenos o de maquillaje, sean damas o caballeros de dudosa reputación en cuadros electorales en que los de arriba, con poder político y económico, definirán sus robots para cumplir sus mandados en alcaldías y diputaciones, así aliviarán gustos de fuertes patrones que juran hacer el bien pero maquinan maldad.

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Estiércol

Pese a las nuevas pautas del mandatario estadounidense Joe Biden en torno a los corruptos del istmo centroamericano, con especial apego a los países del Triángulo Norte, vemos, sin temor a errar, que aquí medio mundo sigue frío. Las planillas, aunque van caras nuevas o jóvenes, son el hazmerreír para otro sector de la población que, al no participar, también valida el estercolero general.

Nos meten, como siempre, hijos, confidentes, exconvictos, randas descarados, amantes, esposas, tías, mamás aquí y mamás allá.

Por donde ponemos el ojo más de alguno(a) está pringado o rallado. Es una banda de pillos(as) que difícilmente nos dejará en paz por los siglos de los siglos pues todo lo hacen en el nombre del padre, del hijo y de tu pisto, pero “el delincuente soy yo”.

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Sucios

Cada uno(a) de los aspirantes sabe de sus andadas, buenas, torcidas o de mero infierno. ¡Tenemos coca! Nuestra nación es un pinche callejón de doble vía donde unos y otros, al toparse accidental o providencialmente, sabemos del tipo de fichas que salen con habladas de pureza siendo peligrosos bandidos(as). El codicioso no se sacia y recurre a mil cremas para verse purificado.

Pasado el proceso electoral primario, vienen acomodos en los tres partidos partícipes (Libre, Liberal y Nacional), sin prever la sorpresa de la segunda alianza que formaría Salvador Nasralla con Luis Zelaya y otros para en noviembre, según ha jurado, vencer la corrupción, el narcotráfico, castigar a periodistas contorsionistas, la fornicación, el adulterio y todo aquello que nació torcido.

Posiblemente al final, una corriente interna del Partido Liberal, el voto autónomo, el indeciso y el de castigo se inclinen por Nasralla para clavarlo donde él más desea, en el cetro.

Inentendible Nasralla quien, a su modo, “odia” a la corrupción y llama a medio mundo a vigorizar su eje. “Si Yani quiere sumarse de forma discreta a la Alianza, bienvenido”, apuntó el hombrón en un tuit. ¿Tan irresistible se cree? Más parece encaprichado por gobernar a como dé lugar.

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Cariños

Todo es válido, rasurar, cambiar, rotar, unirse a quien sea con tal de retener, volver o meterse a las mieles de la nación añorada por propios y extraños. Todos sin excepción saben los gozos íntimos, familiares y de grupo que pululan en el ricacho erario al que todos, sin vergüenza, prometen honrar y lo saquean al modo del Seguro Social y del Banco Central para colmar, además, sus antojos.

Pese a saberse quién es quién, miles de catrachos votarán (por chambas u otros placeres) en plancha, ya sea por los mismos o por sus partos, carnales o no, que buscan colarse a toda costa para costear sus lujos a lomos de los de abajo.

Penoso, sin escupir sus brillos, que añejos aún aspiren y logren diputaciones y otros cargos públicos si ya están de pañal o urgidos de atenciones y cariños de sus bisnietos. Eso sería limpiar planillas.

Penosamente, buen mazo de políticos seguirá colgado de la ubre pública por uno o dos períodos más, a menos que se palmen, de lo contrario no ceden a sus insaciables apetitos. Aunque lo nieguen, se embriagan por la butaca para trasegar influencias a niveles insospechados. Se vuelven ricos en un santiamén. Para su suerte, los “bendice” la hipocresía del clero. “Vayan con ‘dios’”, les dicen al salir de púlpitos blasfemos.

Lo que sí quedó claro en el fresco ensayo electoral es que muchos políticos, sobre todo cachurecos, no volverán nunca más y, aunque JOH ya se va, no sabemos para dónde ni si volverá, sus piezas quedan activas e intactas. David venció a Goliat contra todos los pronósticos.

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