Lo sucedido con “Tony” en la ciudad de los rascacielos no solo es una lección para buena porción de cachos, sino para muchos otros que siguen por mal camino. Si bien la llamada ley de extradición fue aprobada siendo jefe Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández Alvarado rector del Legislativo, la justicia gringa dará más y asombrosos castigos.
Al caer Fabio Lobo y “Tony” Hernández por sus presuntos besos con narcos, cualquiera se hundirá por el imperio que solo trata por intereses. Cero amistades al afinar y afianzar aliados efímeros y oportunos. JOH sabe que miles desean su ruina, pero aún tiene la lealtad castrense, de otros grupos de poder internos y, tal vez, externos para reorientar y reforzar el filo de sus diversas “armas”.
Sueños
JOH está en la burocracia hace treinta años y, de repente, no se le va chancho con mazorca, aunque lo miremos solo o pase solo a su manera. El hecho de que su hermano “Tony” espere condena para enero próximo no es sinónimo de imaginarlo totalmente debilitado por los señalamientos hechos en su contra por la fiscalía estadounidense.
Nadie puede soslayar, ni mucho menos el chorro de asesores oficiales, que su imagen y firmeza como Presidente está en peligro, pero las estrellas a su alrededor se están alineando, le están dando un voto de confianza frente a bullicios de sus rivales de someterlo a un juicio político mientras en el pasado fresco -avalados por sus principales líderes- se repartían el botín electoral.
Esa agonía política que entrevemos para JOH y otros aludidos en Nueva York pudiera ser un ensueño nada más. No cabe duda de que duerme poco tiempo o “descansa” con un ojo cerrado y el otro medio abierto por las moscas fieles e infieles que le circulan por doquier. Si los gringos no tuvieron ambages con “Tony”, las hipocresías se valen de ambos lados.
Jefes
Si Carlos Flores, Ricardo Maduro, Manuel Zelaya Rosales y su pana “Pepe” Lobo son lumbreras en política, JOH puede ser, sin temor a errar, uno de esos malabaristas que juega con pelota adelantada en terreno minado por mil problemas y más cuando en la escena salta el narcotráfico como aliado de un régimen que dice luchar contra este flagelo.
Si por cándido cayó “Tony” Hernández, JOH está obligado a probar decencia, así sienta la nariz de los gringos en su nuca y en la de otros políticos que están buscando oxígeno con corazas legislativas poniendo en franca agonía a la Maccih.
JOH, ideamos, reorientará pasos, cargará baterías y apuntará contra quien sea para respirar. En estas eras, los periodistas tirados de “influyentes” muy poco le servirán en una faena donde “Tony” ya “murió”. En la pelea por el sillón, JOH sigue vivo porque se oxigena con la oposición.