Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: ¿Serán ellos?, ¡son ellos!

El patrón dice que los nuevos magistrados no serán negociados, que los pondrá el pueblo. La gente loa al jefe, mártir de sus víctimas
20.11.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- De mal en peor con políticos vagabundos por culpa de un chorro de dundos que vota con el corazón y no con la razón. Una colérica izquierda vapuleó y derribó a una derecha elitista y excluyente que, igual que todos, se lava con la diestra y la siniestra.

Los pobres, incrédulos, sin ser culpables de sus picardías, van de reculada una y otra vez. Son los mismos, dicen, y ellos mismos los vuelven a elegir.

Fardo

Se abrió bulto con jefes catrachos emulando el circo romano. Saludan regalando lo ajeno. No hay almuerzo de gratis. El problema sigue siendo la mayúscula inopia. En 1981 se despidió la tiranía de los chafas para loar a los políticos. Subió al podio el cerril, fresco y suertudo Roberto Suazo Córdova (1982-1986), un folclórico paceño que entre muchas de sus carpas se peló la panza en público.

Mandos civiles en manos de inciviles vivos, abusivos, cínicos que nunca cumplen sus ofertas ni juramentos. Todos, sin excepción, tiñen las mentiras en verdades (los ciegos de mente les creen), curtidos de corrupción hablan y validan que andan derecho con paso torcido, su vicio carnal.

Crearon la fiscalía en 1995 y todos libres, sin pecados porque el gentío los mira redentores y no creadores de su propia desgracia. Un teatro de “atol con el dedo”. Con migajas, de remate estatales, la plebe celebra.

De 1982 a la fecha un estercolero completo. Nada ha cambiado con “ilustres” —unos ya palmados— que dejaron palmado el erario y plantado buen mazo de sus criaturas. Hijos, nietos, biznietos y de chascada queridas, nueras, yernos. La primera dama es la segunda en robar. ¡Bravo!

+Artículo de Octavio Carvajal: Patria de torcidos

Actores

Robos y fraudes colosales y ninguno de los grandes presos ni en sueños incluye ciertos amos y unos cronistas creídos de grandilocuentes y “el delincuente soy yo”. El político y el financiero refutan y odian la crítica útil que destruye o descubre su mal andar, por eso recurren a su prensa reptil.

Nadie valora ni siquiera por joder el ápice de recato de unos pocos, sus estorbos. Pasó Suazo Córdova, José Azcona, Rafael Leonardo Callejas, Carlos Roberto Reina (estos cuatro ya muertos), Carlos Roberto Flores Facussé, Ricardo Maduro Joest, Manuel Zelaya Rosales, Porfirio Lobo Sosa, Juan Orlando Hernández Alvarado (preso por narco en el imperio), subió Xiomara Castro y nadie es de la mara. “Periodista mostacero, cincuenta pesitos”, gritan quienes caen en carreteras en pedazos, con víveres y gasolinas por las nubes, sin empleo, más pobres y doblados por el crimen.

El país, lógico, con más habitantes modela más pobres. El poder adquisitivo se perdió y los políticos más ricachos junto a sus queridos y cercanos. El de abajo sometido a peores entornos de vida oyendo y tragándose más mentiras en picos de sus propios verdugos que se venden como solución ante la embestida de problemas. Los grandes se afligen y se aflojan a lucro de sus ocultas codicias. En campaña engañan y en el trono arañan.

+Artículo de Octavio Carvajal: Secuestro y pasado

Pillos

Entre más pobres, más ladrones del erario y todos siguen igual de frescos y activos en política jurando y alardeando pureza en artesas de pus. “Cuanto mayor sea el número de leyes y decretos, mayor será el número de ladrones”, dijo Lao Tse, uno de los más radiantes filósofos chinos.

Lapidaria frase que cae como anillo al dedo a la recua de políticos que hablan bonito y derecho y son chuecos. Por su integral y clara rudeza el gentío está en líos.

Miles aún creen que el político criollo gobierna o busca el poder por o para ser piadoso siendo otro latoso que los llegó a joder. “Un pueblo que elige corruptos, impostores, ladrones y traidores, no es víctima, es cómplice”, George Orwell. ¿Dónde está el dinero? Decían y exigían quienes hoy se lo roban bajo la sombra de una mujer. ¡Cobardes!

Después de medio siglo los mismos altivos, irreverentes y delincuentes se olvidaron —como siempre— de resolver el calvario nacional. De entrada, sin tientos ni pudor, se recetaron, viéndose lozanos, una insana libertad para gobernar. Libres “presos políticos” con políticos que nunca estuvieron presos.

El pueblo, hechizado, ¡vitoreó! Ahora, no toleran la crítica sana, la detestan. Todo endiosado tiene a sus perros de garra para que defiendan su mara a lomos de la cara de Xiomara. ¿Serán ellos?... ¡Son ellos! “Con el tiempo, una prensa mercenaria, demagógica, corrupta y cínica crea un público vil como ella misma”, Joseph Pulitzer.

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