Siempre

Artículo de Octavio Carvajal: ¡Explosión económica!

Para su interés, el galón de gasolina roza los 150 lempiras, el litro de leche vale 46 lempiras y un huevo cuesta dos huevos. ¡Gracias, pueblo!
26.06.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Mientras los más fatuos éticos del trono de Xiomara Castro gozan ricos sueldos y chambas (ejemplo de cachos), la canasta básica estrangula, los carburantes suben cada semana, el recibo eléctrico tuesta mes a mes y el desempleo aplasta en una sacudida económica que explota los bolsillos de un pueblo que, al baile populista, no ve, no siente o le da igual la ristra de porrazos.

En cinco meses nada turba a los de abajo, que se ven felices con un hábil usurpador del poder de Castro.

La enreda con su jerga y la cita con diputados zurdos, diestros en mentir. En su albañal juraban “detestar” la tragedia dejada por una tropa de azules despedida por inmoral con doce años de frescuras, locuras, abusos y fetidez por doquier. Cambió el color, las uñas son otras.

HUEVO

Importó más mutar el matiz de la bandera que abolir la lombriz en la panza nacional molida por el alto costo de la vida con un lempira muerto en su poder adquisitivo. Cuesta dos huevos comprar un huevo.

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El gentío, brinque o no, el oficialismo lo enamora culpando a sus anteriores. Una activista (en un tuit) dijo que los cachos atizaron la guerra contra Ucrania. ¡Qué ceguera!El poder detrás del trono juró en campaña, léase en campaña (esta vez en moto y no en caballo apañando a su esposa), que habría “gasolinas baratas... cero peajes”, su misma paja.

Resulta fachoso que una gran masa loe leyes que indultan píos sumida en magnos y dispendiosos líos. Parasitando en la burocracia, la plebe se sueña domar el país en manos de sus verdugos.

Para los más agrios y ciegos adeptos, decir la verdad es sinónimo de “cachureco, delincuente... narco”, infamias para valer a los infames inútiles que arteramente se venden como redentores del grueso infortunio.

Fantásticos en cruzadas políticas e irascibles al oír el chorro de quejas de que a nadie le cuadran las cuentas en el mercado ni en la casa por lo atroz de los precios.O, ¿será que el costo de los víveres está por los suelos? ¿Que la energía la regalan? ¿Que las fábricas, los autos, los taxis, los arrieros de comestibles y de otros insumos viajan con agua o con viento natural? No es lo mismo verla venir que platicar con ella (la inflación).

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No es lo mismo vivir en un cuartucho que ver a un hilo de chuchos deleitándose con una crisis a punta de lujos, de evasivas y lisonjas vanas. “Nos tienen miedo porque no tenemos miedo”, gritaban al unísono en faena política.

Una cosa es la crítica inventiva, sin crédito, viperina, por codicias, colérica, por corazones rotos o para medio saciar el ruido de tripas locas adictas de oficio, y otra el entorno evidente, culpando a unos y a otros no, si todos son garantes directos del azote inflacionario sin remedio cercano.

¡Así la pajarota!Driblan su flema inculpando a Putin o Biden si nadie del mando prueba con hechos su sacrificio. No más carpa ni paja de ustedes. Sus lumbreras insisten que cada país resuelve sus problemas.

Si Rusia ni el imperio paran el alto costo de carburantes, de los alimentos ni de las tasas de interés, ¿qué resolverá un elenco que, a lo penco, en medio de la severa ruina, se reparte el pastel con el familión?

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DUNDOS

¿En qué distan con los cachos? El mismo coro, repetido cada segundo. “Los cachurecos son narcos, vendepatria, asaltantes, vagabundos”, y ustedes, en medio de la inopia se hacen los dundos, zurcidos de pies a cabeza y están hasta el tabique de mentiras. “Compañeros, lo dijimos, ley de austeridad, cero carros blindados como aquellos (los cachos)”, juró Rasel, quien hoy modela línea de pompas.

¿Y Aline? ¡Feliz!Dejen el juego sucio. Así como cada voto midió los pasos, las palabras y los robos de cada cachureco, así ajustará cada disparate de ustedes. De cabeza a los pies están medidos y cortados con la misma tijera.

En estas tierras, miles ignoran que golpistas, ladrones y narcos vienen de siglos atrás; para su propio tuerce nadie repasa la historia de horcones por las empalizadas mentales de la multitud.Empero, todos se ofertan limpios haciendo peores diabluras, a su modo y a su “moral”.

No habrá ningún cambio ni alivio con la explosión económica actual porque todos llegan y se sujetan al poder amparados en el “consumismo” voto, “consumismo” lomo, “consumismo” pisto, “consumismo” error y “consumismo” atol con el dedo. A propósito, ¿ya fueron al Cohep? ¡Tenemos burritas a “quince bolitas”!