TEGUCIGALPA, HONDURAS.- A una oposición débil, sin líder y viciada, le “aflige” las frescas leyes de Libertad y Refundación (Libre) girando a su gusto -como así lo talla- el rumbo del país embobando a propios y extraños. Su pueblo “celebra”, siente que “manda” con los bolsillos rotos.
Libre tomó el pulso que su colosal apetito en nada altera al gentío, así gana más terreno para un control absoluto.
Se despidió sin tientos a JOH por verlo tirano, corrupto; los gringos lo cargaron por “narco” y llegó otro grupo, velado de pulcro que, sin ambages ni pudor alguno, quita, pone, reforma e impone leyes para nutrir sus ocultos deseos hablando de restituir la libertad perdida, metida por todos en el arco del triunfo. Al toro por los cuernos, aunque ofrezcan tiros.
LETRINA
Reñían al expatriado y frescos lo emulan. ¿Y no es que odiaban su tiranía? La misma vara que nos azotó cambió de manos con iguales o peores ambiciones. ¿Cuál respeto a la Constitución? Si JOH se voló a magistrados para “reelegirse” a su manera, imponer paralelas no es un acto legal ni moral, ¿verdad, doctores constitucionalistas?
Ustedes, de un bando y de otro, son del mismo retrete. Es tan grave la situación por el firme lavado de mentes débiles por parte de los regentes que pensar, disentir, escribir, caminar, respirar, soñar, dormir y comer diferente son actos de meros cachurecos (metiendo a todos en el mismo albañal), de ser “vendidos” o “tarifados”, valiendo el deslustre de los azules.
Los atropellos del pasado son válidos ahora porque atontan a sus tontos adeptos.
Estas letras no tratan de inducir ni menos de hacer creer que todo lo hecho está mal; el problema es que lo que tuercen lo alegan derecho, justo, limpio, ¿verdad, don Mundo?
Los de abajo, cultos y ricachos afines al sistema, por una pinche comilona, según el cliente, alaban los “coloretes” diciendo que es la única forma de sacar narcos y corruptos mientras los patrones se sacuden la nariz en las butacas. ¡Ay, amor, solo fue una vez!
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RAMAL
Si los despedidos, excepto JOH que voló para una cárcel gringa, realizaron chorro de delitos, desde fraudes hasta compras amañadas, y tomaron la ley como su inodoro, presumiendo decoro de luchar por y para los pobres, los actuales son unos despabilados sin rienda.
Perfuman y pintan su fetidez, indultan bandidos y los meten -sin pudor- al régimen, alegando que eran “perseguidos políticos”. Mientras unos y otros se riñen sus maldades y se ríen en público o a escondidas de sus fechorías por ser doble vía, aquellos(as) que atizan el fuego saben que el objetivo primario es chuparse el país, ponerle llantas y llevarlo por otro rumbo.
Tienen a miles de hondureños con su cerebro en el lavadero avalando leyes que los pasman sin solventar un calvario general.
SENDA
Legislar, entendemos, no es meter preceptos para casar libertinos ni para poner sus caballos en altos cargos por caprichos de sus amos.
Ya vieron lo que pasó con JOH; montó, a su empeño, un entarimado de aparente rigor y los gringos lo levantaron porque no era terso, sino perverso.
Entonces, si ustedes, igual, lo señalaron de arbitrario, ¿por qué imitar su andar? Engañar a miles no es lo mismo que burlar la multitud con leyes para lactar egos y vengarse de enemigos políticos o de alcurnia. Poner paralelas en la Corte Suprema de Justicia, en la Fiscalía, en las Secretarías de Seguridad y Defensa, ¿ayuda a la población a comprar víveres baratos, a bajar la tarifa de energía eléctrica o a evitar que la remate la pandilla callejera?
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ALIENTO
Si es urgente engrillar peligrosos pillos, ¿por qué soltarlos para gobernar? Arengas para teñir a unos y enlodar a otros son comunes cuando grandes bandoleros se visten de seda para decretar sus boleros.
Con “Pepe” y JOH el discurso se oía derecho y estaba torcido. Si ustedes andan en las nubes, bajen un instante y visiten, si pueden, a Fredy Nájera y a otros que gozaron sendas parrandas por el aguacate y sus linderos.
Si no huelen por pérdida del tabique, lean, por favor. Con militares o civiles en el poder, las parejas presidenciales nunca nos dejan de sorprender y, aún más, al dejar el saqueado trono.
Los patrañeros acaban mal. Entre cielo, mar y tierra no hay nada oculto. Todo cae por su propio peso.
Entonces, ¿de qué se asustan por lo que está pasando? Quienes “gobiernan” no fallarán como en 2009. De cacho en cacho cargarán con el país.
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