TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La guerra la hacen los hombres y la sufren las mujeres.
Bajo esa premisa, el Grupo Teatral Bambú (GTB) estrenó la obra “Memorias troyanas” en Bambú Centro Cultural, donde reúne las voces de cuatro mujeres: Casandra, la Llama, interpretada por Antonia Pacheco; Helena, la Réproba, en la piel de Ciria Reyes; Andrómaca, la Digna, en la actuación de Ana Sofía Velásquez, y Hécuba, la Perra, llevada a escena por Luisa Cruz.
Los relatos mitológicos se centran en la visión de ellas y tienen como escenario la Guerra de Troya.
Un vaivén de voces, lamentos y cantos...
La puesta en escena inicia con Casandra, la Llama, hija de Hécuba y Príamo, reyes de Troya.
La maldita de Apolo, la profetiza que no sería escuchada por ningún hombre.
Casandra habló, gritó y predijo lo que sucedería con Troya, mientras todos, confiados en su poder, en sus festines, en sus hombres y en sus dioses hicieron oídos sordos.
“El hijo desgarrará las entrañas del padre para vengar a la madre (...). Un círculo de sangre y muerte se cierne sobre nuestras cabezas. Engaño, crimen, traición, venganza”... Pero nadie vio con los ojos de Casandra, y Troya cayó.
“En mi nombre reclamaron venganza, en mi nombre invadieron, en mi nombre saquearon, en mi nombre mataron... pero nadie me pidió permiso para usar mi nombre, yo no fui la causa, fui el pretexto”, dice Helena, la Réproba.
La considerada hija de Zeus hechizó a Paris, príncipe de Troya, por intervención de Afrodita.
El amor arrebatado de Paris condujo a la ciudad a una guerra que duraría diez años.
En esta guerra muere el príncipe y héroe troyano, Héctor, a manos de Aquiles.
El relato de su muerte cobra vida a través de quien fuera su esposa y madre de su único hijo: Andrómaca, la Digna.
En la obra, la mujer recuerda su dolor y despoja de toda grandeza el sacrificio innecesario de su marido, y cómo los héroes no pueden liberarse de las cadenas que representan su grandeza.
“Aaaaaay de mí”, dice la mujer mitológica, aaaay de la esposa que ve morir a su esposo, de la madre que ve morir a su hijo, de la mujer que ve morir su dignidad... y todo ¿a causa de qué?... de la guerra.
“Los héroes no razonan, están llenos del ímpetu de sus actos heroicos, no se deciden entre liberarse de sus elecciones u obedecer a su glorioso destino, entre la esclavitud y la dignidad, no pueden permitirse un poco de orgullo, tiene que ser elevado al extremo insoportable de que todo es todo y eso es demasiada arrogancia, eso es hubris y la hubris debe ser castigada. Aaay de mí”, exclama Andrómaca.
Nacida princesa fue parte del botín de guerra: “Parir los hijos del enemigo es el saldo de las violaciones de guerra, la estrategia del conquistador, prolongar su estirpe en un vientre enemigo, la suprema venganza, la suprema vergüenza...”.
El drama de la puesta en escena cierra con Hécuba, reina de Troya.
Repudiada y abandonada, su lamento es un canto sobre las cenizas de sus muertos. “Los cadáveres de tres generaciones me preceden (...) Vidas arrancadas a la vida, pero esta perra que supo dar la vida, también supo dar la muerte (...) La perra se come las cenizas de sus cachorros muertos”, dice Hécuba en su clamor.
La obra sigue en escena en Bambú Centro Cultural el 9, 10 y 11 de junio a las 7:30 de la noche. El valor de la entrada es de 150.00 lempiras.