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José Trinidad Reyes, un visionario educativo y literario

Aunque algunos lo consideran solo un prócer nacional, el aporte de José Trinidad Reyes en la historia y la cultura hondureña supera esta visión reduccionista
17.09.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Trascendió como sacerdote, educador, escritor y defensor de los derechos humanos. Su legado, profundamente arraigado en la historia de Centroamérica, permanece indeleble en el imaginario colectivo.

Y si alguien merece ser llamado el padre de la educación en Honduras, Juan José Sahagún de la Santísima Trinidad Reyes Sevilla es esa figura emblemática.

Nacido en la Villa de Tegucigalpa en 1797 —dos siglos y un cuarto—, Reyes demostró desde joven una ferviente vocación por el conocimiento y la justicia.

Sus estudios en Nicaragua y Guatemala lo formaron como intelectual y lo acercaron a las ideas ilustradas que marcarían su vida.Ordenado sacerdote, regresó a Honduras con la firme convicción de impulsar el desarrollo educativo y cultural de su país.

Entre la herencia indígena y la globalización, ¿qué queda de nuestra identidad?

Es uno de los bastiones en la fundación de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), no solo abogando ante el jefe de Estado don Juan Lindo, sino también ante la sociedad hondureña al mostrarle la importancia vital de contar con una institución de educación superior sólida y de prestigio en el país.

De acuerdo con el historiador Mario Argueta: “Reyes y Lindo, Lindo y Reyes: una iniciativa público-privada para dotar a Honduras de una institución de nivel académico superior, de la que carecía, siempre inscrita en la tradición legal-eclesial, vale decir la formación de abogados y eclesiásticos”.

Fue Reyes quien sentó las bases para el modelo de educación superior en Centroamérica. Su visión inclusiva y futurista apelaba por una educación accesible a todos, sin distinción de género o estrato social.

En particular, fue un ferviente defensor de los derechos de las mujeres, hasta el punto de escribir bajo seudónimos en su defensa. Argueta menciona que, “bajo el seudónimo Sofía Seyers, el sacerdote Reyes en su ensayo defiende el derecho de la mujer a la igualdad con el hombre”.

La memoria, la historia y la Honduras contemporánea

No obstante, su figura no escapa a la polémica. Su papel en la compleja trama política de Honduras ha sido objeto de diversas interpretaciones. A

lgunos lo ven como un liberal progresista, mientras que otros lo consideran un conservador con posturas ambiguas. Sin embargo, su compromiso con la educación y la cultura es incuestionable. José Trinidad Reyes se ganó a pulso ser catalogado, sin discusión, como el “Padre de la educación” en nuestro país.

Legado literario y social

En su faceta de escritor, Reyes dejó un valioso legado literario. Sus obras dramáticas, ensayos y poemas reflejan su pensamiento crítico y su sensibilidad artística.

Sus pastorelas, en particular, se convirtieron en un referente de la literatura hondureña. Más allá de su faceta pública, el padre Reyes era un hombre profundamente religioso y con una paz y tendencia espiritual en su trato hacia los demás.

Su vida personal estuvo marcada por la búsqueda de la verdad y la justicia, lo que lo convierte en un ejemplo digno a seguir. Su correspondencia y sus diarios revelan a un individuo complejo y multifacético, capaz de grandes pasiones y profundas reflexiones.

Sin duda, uno de los grandes avanzados de nuestra tierra.Aun en pleno siglo XXI, su obra sigue siendo objeto de estudio e investigación. De hecho, su vida y logros trascienden las fronteras de Honduras y lo convierten en una figura clave para comprender la historia, la cultura y la academia de Centroamérica.

Su lucha por la educación, la igualdad y la justicia continúa inspirando a quienes buscan construir un futuro mejor para nuestra región.

Como dice Mario Argueta: “Aun así fue un paso hacia adelante la inauguración de la universidad. Ya la juventud deseosa de superarse no debía de trasladarse a otros Estados para cursar estudios universitarios, tal como fue el caso con Reyes, que debió marcharse a Nicaragua para obtener grado académico”.