GRACIAS, LEMPIRA.- Tras un largo recorrido hecho desde Tegucigalpa hasta Gracias, Lempira, el escritor Josué R. Álvarez asistió a la entrega del primer reconocimiento hecho a su faceta como poeta, que un año atrás había sido anunciado bajo su nombre.
“El año pasado llegaron más de 50 libros, pero el jurado le concedió el premio a Josué, y nos alegró mucho que se tratara de un autor joven”, expresó el fundador y director del Festival de Los Confines, Salvador Madrid. Y agregó “gracias por confiar en este pequeño grupo de amigos de la poesía. Este momento es la retribución a ese voto de confianza”.
Por su parte, el poeta Néstor Ulloa mencionó: “yo estoy doblemente feliz; primero porque este libro viene a sumar valor a la literatura hondureña, y segundo porque Josué es mi compañero de trabajo. Estamos ante un autor nacional de gran talla, eso no lo podemos negar. Y el Premio de Los Confines se siente sumamente honrado con la posesión de Josué”.
En nombre de la ciudad de Gracias y de todos los que hacen posible la entrega del VI Premio Nacional de Poesía Los Confines 2023, Salvador Madrid colocó en manos del autor de “De la estirpe del cacao” la emblemática estatuilla que simula a un joven lector, elaborada por el maestro de la plástica hondureña Gustavo Armijo, quien no pudo hacerse presente a esta séptima edición del festival.
Seguidamente, Ulloa retomó el micrófono para expresar: “Josué, te felicitamos y deseamos un extenso y hondo camino de éxitos. Tu nombre siempre estará ligado a la historia de este premio. Tu libro dignifica al festival y a la Editorial Efímera, así como tu poesía nos dignifica a todos”.
Galardonado
Visiblemente emocionado y sonriente, el poeta Álvarez fue fotografiado junto a sus preseas. Luego procedió a compartir las siguientes palabras: “Gracias al festival por abrir estos espacios. Siempre había querido venir y no había podido hasta este año. La poesía y la literatura son las verdaderas protagonistas. Y agradezco también al jurado que me otorgó el premio”.
El también cuentista y novelista infantil resaltó los esfuerzos que le ha implicado escribir su prosa en medio del quehacer diario. “La literatura de Honduras tiene un tono apostólico, porque tener que conjugarla con todo lo demás hace que cobre un valor aún más significativo”
Y destacó que “esta es una propuesta poética sencilla, que busca ahondar en temas que son profundos pero que a su vez encontramos en la vida cotidiana. Nace en la nada y hoy ve la luz”, complementó.
Para finalizar, el galardonado dio inicio a la lectura de “De la estirpe del cacao”, partiendo con el poema que titula el libro. Continuó con “Cordero feliz” y finalizó con su favorito, “Guaras negras”, enfatizando que había seleccionado los escritos más significativos de este escrito para leerlos en esta ocasión.
