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Oficina Presidencial de Taiwán, el recinto del pueblo que lo ha visto todo

Estructura que despierta admiración y recuerda que el poder presidencial se deriva del mandato de los gobernados

FOTOGALERÍA
11.01.2020

TAIPÉI, TAIWÁN.- Teniendo como telón de fondo el cielo azul, el edificio de la Oficina Presidencial atrae todas las miradas en el sur de la ciudad de Taipéi. Con su fachada repleta de arcos y ornamentación bicolor, blanca y roja, la estructura de ladrillos rojos despierta admiración. Para la arquitectura occidental el ladrillo no es más que un símbolo de la Revolución Industrial.

La inmovible base del poder en Taiwán tiene más de cien años de antigüedad. Durante el período colonial japonés el edificio sirvió como hogar del gobernador general, así como sede de la Exposición de Taiwán de 1935, que marcó los primeros 40 años del gobierno japonés. Luego albergó, temporalmente, las oficinas del Yuan Ejecutivo y fue bautizado durante varios años como Chieh Shou Hill en honor al exmandatario Chiang Kai-shek. Fue hasta 2006 que cambió al nombre de Oficina Presidencial. En julio de 1998 el Ministerio del Interior convirtió el edificio de la Oficina Presidencial en un lugar histórico nacional.

El envidiable diseño fue obra del arquitecto japonés Uheiji Naganos, sin embargo, su colega Matsunosuke Moriyama, tras un concurso para remodelar los planos, también hizo interesantes agregados a la idea original: aumentó la altura de la torre de seis a 11 pisos, dándole un mayor aire de autoridad. La seguridad antisísmica es una de las prioridades en Taiwán, por lo que este centro del poder político es excepcionalmente resistente a los acostumbrados tifones y terremotos. Gracias a sus firmes cimientos y sistemas de detección sobrevivió al bombardeo masivo que sufrió Taipéi por parte de los Aliados en mayo de 1945.

El diseño final del edificio fue completado por el arquitecto Matsunosuke Moriyama.

El diseño final del edificio fue completado por el arquitecto Matsunosuke Moriyama.

La estética y orden que caracteriza a la cultura asiática también destaca en las salas de recepción. El interior, que ha pasado por varias renovaciones, está decorado con flora y fauna taiwanesa, temática cultural y pinturas de Lin Xing-yue. La Sala Verde Taiwán, la Sala Arcoíris Taiwán y la Sala Rayos de Sol conforman el emblemático edificio del pueblo.

Poder del Pueblo

La Oficina Presidencial es portadora y testigo de los recuerdos más importantes de Taiwán, pero es además el espacio destinado a rememorar las conquistas sociales y el avanzado diálogo que se ha consensuado desde que el edificio solo era visto como un lugar prohibitivo y solemne.

Al ingresar por la puerta número tres resalta en la pared un enorme símbolo con la palabra FU a su lado derecho. Este caracter chino significa “dado por el pueblo”, enfatizando que el poder presidencial proviene solo de los ciudadanos. La guía explica que la idea es mostrar el edificio a través de “los ojos de la gente”.

Reconstrucción
En 1935 hubo un incendio en el quinto piso. Durante el proceso de reparación y reconstrucción, el techo de madera y pizarra fue reemplazado por un techo plano de hormigón armado y vigas de acero.

Cada visitante puede disfrutar de una exposición permanente que narra la historia centenaria del emblemático inmueble. Hay fotografías históricas y modernas, que fueron seleccionadas tras un concurso, artefactos y varias columnas arqueadas inspiradas en las paredes exteriores.

El progreso de Taiwán también está reflejado en una sección especial denominada “El Pueblo”, aquí hay imágenes de protestas y luchas sociales que evidencian un gobierno que los oye y complace.

Y Taiwán no solo apunta alto por su historia política. Al despedirse del Palacio Presidencial existe una ciudad vital y efervescente, con arte, museos, mercados y comida callejera que impresiona a propios y extranjeros. Y es que pese a sus luchas, este país siempre está dispuesto a escuchar.