TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Son producto de las familias creadas en los reductos habitacionales conocidos como Trébol I y II, aquellos hacinados macroalbergues que fueron construidos sobre una loma cerca de la colonia Las Brisas, después del huracán Mitch.
Allí nacieron y vivieron sus primeros años, muchos de los integrantes de maras y pandillas que hoy siembran el terror en la población hondureña, a pesar de ser solo unos adolescentes.
De los cientos de familias que habitaron estos refugios temporales, la mayoría fueron dotados de terrenos en la zona del valle de Amarateca, un sector de la periferia de la capital, inmerso en mucha calma y tranquilidad, a finales de los años noventa.
Ya era un líder a los 14 años
La creación de nuevos complejos habitacionales en la zona permitió que las pandillas se fueran desarrollando sin que nadie tuviera un control sobre las actividades ilícitas que estas desarrollaron rápidamente.
Uno de estos ejemplos es un menor de tan solo 14 años de edad, identificado con el alias de “Pelo de Oro”, de acuerdo a las investigaciones realizadas por la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP).
Según esta agencia, “Pelo de Oro” desde los cinco años está activado con la Pandilla 18, esto significa en el argot pandilleril, que el niño participa desde esa edad en las actividades de esta asociación.
El menor fue detenido el pasado 20 de febrero en Ciudad España, junto a Ángel Antonio Orellana Sánchez, alias “El Chino”, cuando pretendían reagrupar la Pandilla 18, en el valle de Amarateca, dijo la FNAMP.
Pero “Pelo de Oro” no es el único de su familia vinculado a actos ilícitos. Heidi Jackeline Flores Ramírez Flores Ramírez, de 22 años de edad, fue aprehendida junto a 11 personas más, en la zona de Ciudad España, presunta miembro de la Pandilla 18 y fue acusada de extorsión.
Y el 19 de enero del presente año, su hermano mayor, identificado como Bryan Alfredo Ramírez, de 25 años de edad, también fue acusado por el mismo delito.
