TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Aprovechando la oscuridad de la noche y la incesante llovizna que caía sobre la capital de la República, sicarios raptaron a cuatro personas al filo de la medianoche del jueves para luego ultimarlas a puñaladas y a pedradas.
El dantesco hallazgo se dio sólo unos minutos después de las 6:00 de la mañana del 5 de junio, cuando los cuatro cuerpos pudieron ser visibles para los transeúntes de la zona de Villa Nueva, al este de la ciudad.
Los cadáveres estaban muy cerca, a escasos metros uno del otro, en medio de los árboles de un área verde que colinda con el anillo periférico y el sector número cinco de la colonia Villa Nueva.
Se presume que tras raptarlos fueron llevados a ese sitio donde comenzaron a apuñalarlos para luego rematarlos con sendas piedras que dejaron caer sobre sus rostros, casi hasta desfigurarlos.
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El hallazgo de los cuerpos
Fue aproximadamente a las 6:15 de la mañana, cuando el día aclaró, que se pudo observar con nitidez a las cuatro personas sin vida.
Dos hombres y dos mujeres, todos de apariencia juvenil, estaban tirados en el suelo, semidesnudos, algunos solo con su ropa interior, como si hubiesen sido sacados de sus casas cuando ya dormían.
Rápidamente decenas de curiosos se acercaron para ver qué pasaba, algunos de ellos llorando, creyendo que se podía tratar de algún pariente suyo, sin embargo, la escena fue cerrada por agentes policiales que llegaron minutos después.
Los cadáveres fueron levantados por un equipo de Medicina Forense después de que agentes de Inspecciones Oculares de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) rescataron algunas evidencias de la escena del múltiple crimen.
Ya en la morgue del Ministerio Público y con un panorama más claro de lo suscitado, familiares de las víctimas se acercaron a ese ente médico legal para reconocer a sus deudos.
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Los fallecidos fueron identificados como Edwin Alexander García Sánchez (21), Carlos Armando López Sánchez (19), Kenia Yamileth Cálix Sauceda (36) y la menor de 17 años identificada como Ana Cálix.
¿Quiénes eran?
Una prima de Edwin y de Carlos, identificada como Saraí Sánchez, contó que “ellos vivían en el sector cinco de la colonia Villa Nueva, nos crecimos juntos”.
La joven recordó que “Edwin fue mi compañero en el kínder y en la escuela, Carlitos limpiaba vidrios para ganarse la vida ya que eran de escasos recursos”, señaló Saraí Sánchez.
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Edwin y Carlos eran primos entre sí, mientras que Kenia era la compañera de hogar de Carlos y la adolescente de nombre Ana era prima de Kenia.
Los familiares desconocen a ciencia cierta qué fue lo que ocurrió para que los hayan asesinado de esa manera y los motivos que tuvieron los victimarios.
“Yo había escuchado que Kenia tenía una hermana y que era muy peligrosa, pero no me consta; ella maltrataba a la niña Ana. Yo escuché una vez a Kenia que dijo: Yo le tengo miedo a mi hermana, es capaz de matar”, relató.
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Limpiaban vidrios de carros
Los cuatro fallecidos se dedicaban a limpiar los vidrios de los carros que circulan por el bulevar Centroamérica, a la altura de un reconocido circuito bancario de la zona de Miraflores, donde los carros se detenían; esto a cambio de la voluntad de los motoristas.
Ruthbel Sánchez, madre de Edwin García, contó que “yo lo quería internar porque una vez en su enfermedad me había golpeado”.
El joven de 21 años recibía tratamiento psiquiátrico en el Hospital Mario Mendoza ya que sufría padecimientos mentales.
La Policía investiga un supuesto nexo con el microtráfico de drogas en torno a la masacre, pero este extremo no ha sido confirmado. Los hechores pudieron ser pandilleros que pululan en esa zona de la ciudad, de reconocidos altos índices de violencia extrema.
