Tegucigalpa, Honduras
El abogado y analista político, Raúl Pineda Alvarado, es del criterio que el acuerdo de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia “está avanzando con muchos tropiezos, pareciera que ambas partes se están separando de la literalidad de los compromisos”, expresó el jurista.
“Siempre en estos procesos no se entregan todas las armas porque se mantiene la desconfianza y la reserva de las acciones que pueda tomar el “enemigo”, afirma el analista.
Pineda asegura que “es muy difícil que esas armas puedan regresar a Honduras, después del conflicto en Nicaragua quedaron casi un millón de armas de guerra almacenadas en “buzones” y que se podían obtener por cantidades irrisorias”.
A estas hay que agregar las que fueron saqueadas en un acto de corrupción de los almacenes de la Policía y de las Fuerzas Armadas, estas armas llegaron directamente a Colombia por venta o canje por drogas, argumenta.
Según el analista, actualmente es muy difícil que esas armas en posesión de las FARC ingresen al país porque no existe un grupo de antisociales que las pueda requerir como las requirió el conflicto colombiano. “Los pandilleros tienen el abastecimiento por parte de la misma institucionalidad”, manifestó.