Tegucigalpa, Honduras
Después de cuatro meses de autogobierno, anarquía y violencia, la paz y tranquilidad, así como el control por parte de las autoridades, habrían regresado al centro de internamiento para menores infractores Renacer, en Támara.
Pero para llegar a este punto fue necesario que los jóvenes descuartizaran a tres de sus compañeros el pasado domingo en horas de la noche.
Los tres menores asesinados eran integrantes de la pandilla 18. Los cadáveres de dos de ellos desmembrados, en un acto de barbarie cometido por sus compañeros de reclusorio pertenecientes a la mara Los Chirizos.
Reparaciones
A 72 horas de haber retomado el control, las autoridades de la correccional han comenzado a reparar los daños provocados por los pandilleros al interior del establecimiento, del cual mantuvieron el control durante cuatro meses luego que despojaron de las llaves al personal y obligaron a las entonces autoridades a renunciar.
Entre los daños a reparar está la habilitación de la cocina, la cual fue destruida, incluso los pequeños delincuentes estando las cocineras en su interior lanzaron sapos muertos a los cuales les abrieron el abdomen, por lo que las cocineras salieron del lugar y a la fecha no han regresado.
Entre las prioridades a reparar también se encuentran la reparación del alumbrado e iluminación del interior y exterior de la edificación.
Mientras que las paredes internas del área administrativa, entre otras, deben ser reconstruidas ya que los pandilleros las dañaron al hacer boquetes para poder movilizarse libremente en todas las instalaciones sin obstáculos.
Además deben reparar los baños, cortar la maleza, ya que según el mismo personal de la institución, ya alcanza más del metro de altura.
“Son muchos los daños, sabíamos que habían, pero no que eran tantos”, dijo uno de los empleados que por razones de seguridad solicitó el anonimato.
La fuente reveló que la empresa contratada para reparar el edificio debe concentrarse también en reparar el pabellón de los dormitorios donde serán trasladados los integrantes de la mara Los Chirizos.
“Ellos no pueden seguir aquí afuera, representan un peligro tanto para los empleados como para las visitas y el personal, ellos deben estar adentro en alguno de los pabellones”, dijo.
Actualmente Los Chirizos permanecen en tres carpas instaladas por las autoridades al exterior de la edificación, esto para evitar confrontaciones con las maras rivales.
Ayer por la mañana, estos pequeños delincuentes aprovecharon que el portón para ingresar a los pabellones estaba abierto e ingresaron para sacar seis láminas de zinc, las cuales llevaron hasta las carpas.
Debido a que la ley no permite que autoridades policiales o militares ingresen a una instalación infantil sin la autorización de un fiscal y un juez, las autoridades no pudieron ingresar a las carpas para quitarles esas láminas.
“Ellos tienen esas láminas y eso es peligroso porque las pueden utilizar para hacer navajas de ellas. La vez pasada les decomisamos un cubierto del cual hicieron un punzón y los dientes se los doblaron tipo manopla”, comentó.
Debido a que los mareros están en las carpas, ellos pueden movilizarse libremente por todo el patio, teniendo los empleados, visitas y las mismas autoridades que pasar entre ellos para dirigirse a cualquier sector, lo cual no es recomendable, según los mismos empleados.