Tegucigalpa, Honduras.– Un mes y tres días después de haber muerto abatido en un enfrentamiento con militares en la colonia La Laguna, al norte del Distrito Central, el cuerpo de un pandillero continúa en la morgue del Ministerio Público (MP), pese a varios intentos de presuntos familiares por retirarlo.
El cuerpo inicialmente había sido identificado por las autoridades policiales bajo la identidad de un hombre de 38 años; sin embargo, luego quedó descartado al confirmarse que el pandillero usurpaba el nombre de varias personas.
Las investigaciones arrojaron que el pandillero no solo usurpaba una identidad, sino que se hacía pasar por al menos dos hombres más.
EL HERALDO tuvo acceso a la ficha forense del cadáver y se conoció que tenía las huellas dactilares cercenadas, lo que dificulta el proceso de identificación para los médicos que realizaron el procedimiento científico.
En un primer intento, un grupo de mujeres llegó a la morgue queriendo retirar el cadáver. Las féminas justificaron que el hombre era adoptado y que sus padres habían fallecido, por lo que las autoridades les explicaron que no podían entregárselo.
Días después, un hombre apareció asegurando ser el padre. Sin embargo, tras realizar comparaciones con pruebas científicas, se determinó que no tenía ningún parentesco con el fallecido, por lo que también se le negó la entrega.
El cadáver permanecerá en los congeladores del Departamento de Medicina Legal y Ciencias Forenses por seis meses, como lo dicta la ley, antes de ser sepultado en una fosa común en el Distrito Central.
El 21 de noviembre de 2024, se registró un enfrentamiento entre agentes de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y pandilleros, que dejó un saldo de dos personas fallecidas en la colonia La Laguna de Comayagüela.
El incidente ocurrió durante el velorio de un supuesto pandillero abatido el miércoles en la colonia Brisas de Olancho, generando tensión y alarma entre los habitantes de la zona.
Según información preliminar, un grupo de militares patrullaba cerca del centro comunal donde se realizaba el velorio, lo que provocó molestia entre los familiares y miembros de la pandilla.
La situación escaló rápidamente cuando los pandilleros comenzaron a atacar a los uniformados, desatando un intenso tiroteo. Durante el enfrentamiento, un militar perdió la vida debido a múltiples impactos de bala, además del pandillero en cuestión.