Muchas de ellas fueron torturadas y 'encostaladas', mientras que otra parte perdió la vida a manos de sus propias parejas de hogar.
Si bien los femicidios son constantes en el país ( en 2016 se reportaron 468 femicidios, mientras que en 2017 fueron 388 las mujeres asesinadas y hasta agosto de 2018 rebasaban los 230 casos), del otro lado crece el número de mujeres victimarias.
En la actualidad, además de las víctimas se ha incrementado el número de mujeres que han ido incursionando y escalando de puesto en las estructuras criminales, sobre todo en la pandilla dieciocho (18) donde muchas de ellas dirigen pequeños segmentos denominados clicas.
18horas, tiempo entre femicidioy femicidio que se registró hasta mediados de 2018 en Honduras. |
De acuerdo a la Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP) algunas de estas 'Hongras' mantienen una relación sentimental con cabecillas, y por el hecho de ser la compañera sentimental adquieren esta función dentro de la organización criminal.
En los últimos años se ha incrementado la participación activa y relevante por parte de las mujeres -desempeñando un papel protagónico en la actividad criminal- debido a las acciones en materia de seguridad implementadas por el Estado.
La captura de los cabecillas del sexo masculino, debilita a las organizaciones criminales y estos recurren a sus compañeras de banda para seguir en el ilícito.Solo en 2018, la FNAMP realizó la detención de 1,342 personas por diversos delitos de los cuales 154 son mujeres. De estas, 91 eran miembros activos de la pandilla 18, otras 23 de la Mara Salavatrucha (MS-13) y 40 de distintas estructuras criminales.
El 50% de las mujeres detenidas por este ilícito, sobre todo en el caso de la MS-13 y la 18, son menores de 18 años.
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Extorsionadoras y traficantes
Los principales delitos en los cuales incurren las mujeres dentro de las estructuras criminales son extorsión y tráfico de drogas.
El año anterior 50 mujeres fueron aprehendidas por participar en la distribución de drogas al narcomenudeo y 90 más por el delito de extorsión -el cual es penado con 15 a 20 años de cárcel-, advierten las autoridades antimaras y pandillas.
Las féminas pandilleras también están expuestas a una cadena perpetua si cometen un asesinato precedido de extorsión, según las leyes del país.
Pero la incursión de la mujer en el mundo criminal no se limita a las maras y pandillas, también son conocidos los casos de mujeres que se han visto involucradas en carteles de drogas.
Tal es el caso de las féminas del clan Valle Valle o las parejas sentimentales de Wilter Blanco, quienes participaban en las actividades ilícitas de sus compañeros. Algunas de ellas fueron extraditadas a los Estados Unidos.