TEGUCIGALPA, HONDURAS. -El conductor en libertad y una familia que lamenta la irreparable pérdida de uno de sus miembros. Ese es el panorama incierto que vive una familia capitalina tras la muerte accidental de Saudy Yamileth Núñez Meza.
“No se presentó requerimiento fiscal en su contra, el caso no ha sido judicializado hasta el momento”, dijo a EL HERALDO Bárbara Castillo, portavoz de los Juzgados de Letras Penal de Francisco Morazán.
El conductor del vehículo marca Mazda BT-50, color negro, sin placas, y protagonista del accidente, responde al nombre de Edwin Hernández Erazo, residente en la capital de la República.
Se hizo el procedimiento
José Lagos, subinspector de Policía asignado a la Sección de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT), informó que “se hizo la investigación correspondiente, se elaboró el informe técnico y se trasladó a la Fiscalía del Ministerio Público”.
Edwin Hernández Erazo fue remitido al Centro Integrado del Ministerio Público y su automotor fue decomisado por la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNTV), sin embargo, ayer en horas de la tarde recobró su libertad.
El apoderado legal del participante alegó que el incidente se produjo a escasos metros del puente peatonal, frente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), y tal como reza en el artículo 91 de la Ley de Tránsito, la víctima debió haber usado el puente para poder cruzar de un lado a otro.
Sin embargo, el artículo 107 de este mismo estatuto indica la remisión del conductor al órgano competente de justicia si este con su vehículo causare muerte.
Ocurrió frente a la UNAH
Saudy Yamileth fue embestida violentamente por el carro conducido por Edwin Hernández Erazo a eso de las 4:55 de la tarde en el bulevar Suyapa, frente a la alma máter, cuando intentaba cruzar la peligrosa vía.
Se desconoce si Saudy iba o venía saliendo de la UNAH.
Ella era enfermera auxiliar, empleada del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y actualmente cursaba el segundo año de la licenciatura en enfermería para convertirse en una enfermera profesional.
El viernes sus restos mortales fueron velados en la iglesia de la religión mormona en la zona dos de la colonia Centroamérica Oeste, de la capital, donde residía. Su familia exigió justicia y una sanción para el conductor.
