TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El portavoz de la Secretaría de Seguridad, Miguel Martínez Madrid, confirmó a EL HERALDO el hallazgo del cuerpo de Elvin Josías Izaguirre Galindo (20), quien había desaparecido días atrás junto a cuatro amigos más mientras ayudaban a hacer una mudanza en Tegucigalpa.
El cuerpo sin vida fue descubierto a unos dos kilómetros del lugar donde se encontraron los cuerpos de la pareja de esposos Annie Villatoro y Roger Coleman y muy cerca de donde fueron se hallaron Kenneth Cruz y Alejandro Aceituno.
Su padre, Elvin Izaguirre, visiblemente consternado y afectado por la pérdida, expresó su profundo dolor a EL HERALDO.
“Confío en Dios y en sus propósitos”, manifestó el padre del joven,
Elvin Josías Izaguirre, empleado en un call center, fue encontrado por un ciudadano que alertó del hallazgo a través del sistema de emergencia 911.
Según las autoridades, el hallazgo se produjo en un área de difícil acceso, de la aldea Carranales, del municipio de Tatumbla, complicada aún más por las condiciones climáticas adversas al momento del descubrimiento.
Las autoridades continúan con las investigaciones para esclarecer los detalles que rodean este trágico suceso, mientras la comunidad se une en solidaridad con la familias afectadas.
Los demás ya fueron sepultados
Este trágico descubrimiento se produjo apenas horas después de que los restos de sus amigos fueran sepultados en el cementerio San Miguel Arcángel, en colonia Las Casitas en Tegucigalpa, sin haber tenido la oportunidad de un velatorio debido al avanzado estado de descomposición en que fueron encontrados.
Tras ser reportada la desaparición de los jóvenes as autoridades actuaron rápidamente y, el lunes 24 de junio, capturaron a cinco presuntos miembros de la Pandilla 18, quienes luego confesaron haberlos ejecutado y revelaron el lugar donde abandonaron sus cuerpos.
Según la versión policial, los jóvenes desaparecidos fueron obligados a caminar hacia un destino fatal por los pandilleros la misma noche en que desaparecieron. Los cuerpos de Roger Coleman y Annie Villatoro fueron encontrados a unas dos horas de distancia a pie desde el centro del pueblo, cubiertos con ramas y hojas en un intento de ocultar el crimen.
Posteriormente, tras cruzar un río crecido, las autoridades localizaron los cuerpos de Kenneth Cruz y Alejandro Aceituno. Uno de ellos estaba sin camisa, solo con pantalones de mezclilla, mientras que el otro llevaba una camisa pero solo un bóxer en la parte inferior del cuerpo. Se cree que estos dos jóvenes fueron obligados a presenciar el asesinato de los primeros antes de ser ejecutados en otro lugar cercano.