ISLAS DE LA BAHÍA, HONDURAS.- La tarde del domingo 25 de agosto, los cuerpos de los hermanos Héctor Gabriel, Keydi y Kenisha Bodden llegaron a su hogar desde la morgue ceibeña.
Los tres hermanos fueron víctimas de una masacre ocurrida el pasado 23 de agosto en la isla de Roatán, zona insular de Honduras.
Su madre decidió velar a sus hijos en la calle para que familiares, amigos y vecinos pudieran despedirse de ellos. La comunidad ha mostrado su apoyo y solidaridad en estos momentos de dolor.
Una de las hermanas de las víctimas, en una entrevista con un medio local, expresó que el entierro se realizará el miércoles.
La familia está esperando la llegada de otros parientes que viven en el extranjero para que puedan darles el último adiós. “Estamos esperando a unas primas y otro hermano que vienen de Islas Caimán mañana”, comentó.
La hermana, quien no fue identificada, relató con tristeza cómo fue la primera en llegar a la escena del crimen y encontrar a sus hermanos sin vida.
“Mis hermanas no molestaban a nadie”, lamentó.
Contó que intentó salvar a su hermana mayor, Kenisha, quien aún tenía pulso cuando la encontró. “Yo la acosté en mi hombro, la movieron rápido al hospital, pero no se pudo salvar”, narró.
La joven también describió la desgarradora escena en la que encontró a su hermana menor, Keidy, sentada en una silla, y a Kenisha tratando de hablar sin poder emitir palabras. “Nos dejaron un vacío bien grande”, expresó con dolor.
La comunidad de Roatán sigue conmocionada por este trágico suceso y clama por justicia para los hermanos Bodden.
Las autoridades continúan investigando el hecho para dar con los responsables de este atroz crimen y han ofrecido una recompensa de 300 mil lempiras para quien brinde información que lleve con el paradero del hechor o los hechores del mismo.