Sus cuerpos fueron despedidos entre llanto, dolor e incredulidad. Este miércoles los restos de la pequeña Ligia Daniela Núñez, de dos meses de edad, y el de su abuela Ana Ligia Baquedano, de 41 años, descansan en el cementerio Descanso Eterno en la salida al sector de San Marcos de Colón, Choluteca, sur de Honduras.
Cientos de personas, entre familiares, amigos, conocidos y simplemente todo aquel que se conmovió al conocer el fatal hecho, se dieron cita esta mañana para darle el último adiós a las desafortunadas víctimas de las balas.
Las lágrimas inundaban de tristeza el ambiente; y entre sollozos y dolor, bajaron lentamente los ataudes de los vehículos y los trasladaron hasta su morada final, los hoyos cavados con piochas y palas para colocarlos, juntos, como quiso la madre del bebé.
El traslado
Pasaban las 7:15 de la mañana, cuando ambos cuerpos fueron trasladados desde el barrio Los Fuertes, donde residían, y la llegada al camposanto fue pasadas las 8:10 de la mañana.
De apenas una hora fue el recorrido de los féretros desde la vivienda de la tragedia, donde el lunes sicarios ingresaron en horas de la noche para dispararles a quemarropa, hasta el cementerio en el que permanecerán sus restos.
De acuerdo con los relatos de los acongojados familiares, aún no se explican el porqué del repudiable hecho que enlutó a una familia y tiene conmovida a una comunidad entera.