Apenas comenzaba a caminar, cada paso que daba era celebrado por su familia, aplaudido por sus padres y dibujaba una sonrisa en su humilde rostro de solamente 13 meses de edad, pero las balas ingresaron en su diminuta humanidad el sábado 30 de abril, cuando murió junto a otras seis personas, en la colonia Villa Nueva de la capital, entre ellas sus padres.
Su nombre era Marvin Isaac García y hoy es parte de la incesante lista de víctimas de la violencia. Pero lastimosamente este no es un caso aislado, puesto que en menos de dos semanas se registran tres muertes de bebés a causa del plomo.
Tres ángeles en el lugar equivocado
El pequeño Gustavo Morazán Ruiz, de cuatro meses de edad, pasó sus últimos instantes de vida junto a su abuela, Gloria Argentina Varela (50), la noche del jueves 27 de abril antes de que sicarios fuertemente armados les dispararan a quemarropa dentro de su vivienda ubicada en las faldas del Cerro Juana Laínez de Tegucigalpa, capital de Honduras.
Las causas del hecho aún permanecen como desconocidas.
Exactamente dos días después, el pequeño Marvin Isaac sería la próxima víctima de estos condenables actos. Murió sobre una cama, a solamente metros de distancia de donde quedaron tendidos los cuerpos de Marvin García y Luz María Chavarría, sus padres, en la masacre de la colonia Villa Nueva, que dejó un saldo fatal de siete personas muertas.La zona sur de Honduras también llora a uno de sus inocentes. La noche del lunes se registró la muerte de Ligia Daniela Núñez de solamente cuatro meses de edad, quien falleció junto a su abuela al recibir varios impactos de bala que acabaron instantáneamente con su vida.
El hecho se registró al filo de las 8:00 de la noche en el barrio Los Fuertes de Choluteca, sur de Honduras.
Eran los consentidos de la familia, la alegría del hogar y la bendición más grande para sus padres, pero eso no le importó a los sicarios, quienes les dispararon sin compasión y enlutando a la sociedad hondureña.